¿Observaste que la intermitencia es la señal que un dispositivo refleja cuando está llegando al fin de su vida útil? El ser humano muestra este mismo estado en determinados momentos de su vida, porque un día está bien y al otro se siente mal. Un día se despierta lleno de optimismo y con la voluntad de conquistar el mundo; y al día siguiente las nubes negras del pesimismo parecen envolverlo por completo. Así son las cosas en esta vida, cambiantes, inconstantes y pasajeras.

Esta señal también puede ser considerada como un síntoma que si no se lo identifica a tiempo, puede causar serios daños en el futuro. En nuestro diario vivir algunas de las consecuencias serían:

-Un divorcio, porque la pareja argumenta que el amor se acabó entre ellos.

-Marcharte de casa, porque quieres tener más libertad y no estás de acuerdo con las reglas y normas establecidas por tus padres.

-Abandonar tus estudios, porque dejaron de interesarte las materias que llevabas y el área en el que podrías aplicar todo el conocimiento adquirido.

-Renunciar al ministerio que te fue encomendado, porque reemplazaste el primer lugar que ocupaba Dios en tu vida por otras cosas o personas.

-Alejarte de Dios porque ya no tienes deseos de orar, de leer tu biblia, de ayunar ni de servirlo.

El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos. Santiago 1:8 (RVR 1960)

A pesar de estar considerando alguna de estas opciones u otra parecida, permíteme recordarte que nuestro Padre Celestial es diferente porque Él es permanente y eterno. La persona que lo busca todos los días, será constante en todo lo que realice. Su camino será un permanente crecimiento y hasta los sinsabores, tristezas y dificultades de su vida serán instrumentos que lo ayudarán en ese proceso constante de ir hacia adelante.

Descarta cualquiera de estas ideas de tu mente y vuelve a tener presente a Dios en tu vida y en cada una de las decisiones que vayas a tomar. No te olvides que Él siempre está a tu lado para ayudarte, lo único que espera de ti es que le pidas que intervenga a tu favor y te de dirección.

¿Necesitas fuerzas para continuar? Busca a Jesús, Él es la roca eterna, en Él no hay mudanza ni sombra de variación, nunca cambia, permanece para siempre.

Se constante en el temor a Dios porque la intermitencia destruye la vida.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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