En Apocalipsis 3: 2-3 el Señor habla a la iglesia de Sardis: “Yo sé todo lo que haces y que tienes la fama de estar vivo, pero estás muerto. ¡Despierta! Fortalece lo poco que te queda, porque hasta lo que queda está a punto de morir. Veo que tus acciones no cumplen con los requisitos de mi Dios. Vuelve a lo que escuchaste y creíste al principio, y retenlo con firmeza. Arrepiéntete y regresa a mí. Si no despiertas, vendré a ti de repente, cuando menos lo esperes, como lo hace un ladrón.” (NTV)


Sardis, era la capital de Libia, bien protegida, además el centro de comercio de las alfombras. A la iglesia de Sardis, la describe como una muerta en vida. Si bien estas palabras eran para esta iglesia, las podemos aplicar como una llamada de atención personal, porque así como ella podemos estar muertos por dentro, aparentando tener una vida cristiana pero sin frutos, sin evidencias de un nuevo nacimiento, con una vida improductiva.


Es un peligro descuidar la relación con Dios, porque consideremos que una pared no se derrumba de la noche a la mañana sino que lentamente se va desmoronando, y si no hacemos nada para evitarlo lastimosamente seremos desechados.


Muchas veces olvidamos de dónde venimos y quién nos rescató, nos desviamos tras los afanes y placeres de la vida y nuestra condición espiritual decae en gran manera, por ello la importancia de nuestra conexión diaria con el Señor, porque además de recibir fortaleza reavivará el compromiso que tenemos con Él.


El Señor, así como advierte, también da la solución: ¡Despierta! Nos dice, fortalece lo que te queda, ya que las cenizas pueden volver a encender el fuego del Espíritu Santo en nuestro corazón, ¡arrepiéntete y regresa a mí!


Si por alguna razón dejaste de lado a Dios, pues hoy es un buen día para volver y afirmarte, Él te ama con amor eterno y por ello te llama a que vivas plenamente en su presencia.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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