Unos niños jugaban en el jardín de su casa, cuando vieron a una pequeña serpiente moverse cerca de un árbol de manzano, corrieron a perseguirla y molestarla con una rama, la siguieron hasta cerca de un pozo donde había una gran piedra, al ver que no salía, se dispusieron a moverla roca, no tenían miedo, porque era pequeña. Al mover la piedra, salió no solo la serpiente a la que perseguían sino una mucha más grande, el susto fue tan grande que ambos corrieron a su casa como flechas.

Los niños no tuvieron miedo porque la serpiente era pequeña, como también puede ocurrir con nosotros cuando estamos frente a un”pequeño pecado” algo aparentemente inofensivo; podemos jugar con él, perseguirlo y al ver que no pasa nada, desafiarlo. Lo cierto es que con el pecado no se juega, él no pierde el tiempo porque su propósito es hacerte caer, destruirte porque el enemigo sabe que Dios te ama y el pecado nos aleja de Él.

Lo cierto es que nadie se tropieza con el pecado de la noche a la mañana, es algo progresivo por el descuido de tu relación con Dios, por orgullo, dejadez u otros motivos, por eso es esencial hacer caso  a lo que dice 1 Corintios 10:12  “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.”

No perdamos la guardia ni juguemos con serpientes pues lo que parece inofensivo puede terminar destruyendo todo lo bueno que Dios ha construido en nuestro ser, incluso afectando todo nuestro entorno.

Sin duda, nos enfrentaremos a tentaciones pero no olvidemos que siempre hay una salida “Las tentaciones que enfrentan en su vida no son distintas de las que otros atraviesan. Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar. Cuando sean tentados, él les mostrará una salida, para que puedan resistir.”1 Corintios 10:13 (NTV)

Cuida tu relación con Dios y estarás firme para escapar de toda tentación.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario