En mi niñez, en las fechas que se celebra la Pascua, se emitía en los canales de televisión películas acerca de la vida de Jesús. Cuando veía la parte  de la crucifixión me dolía mucho la injusticia que recibió el Señor al ser clavado en un madero. Deseaba con todo mi corazón estar en ese momento de la historia y evitar su muerte, imaginaba cómo lo haría, incluso renegaba por las personas que estuvieron presentes y no hicieron nada para evitarlo.

Sin duda en ese entonces no entendía la importancia real que tiene la crucifixión y que mis  intentos imaginarios eran innecesarios porque nadie podría evitar que sucediera ese evento crucial en la humanidad, que en lugar de ser una tragedia fue algo fundamental para nuestra vida eterna.

Detrás de las tantas injurias que Jesús recibió desde su aprensión hasta su muerte había un gran amor por cada persona. Él estaba entregando su vida a cambio de la nuestra, para que no estemos separados de Dios y tengamos vida eterna junto a Él.

“Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor.” Romanos 6:23 (NTV) Jesús, pagó el castigo por todo pecado que jamás se haya cometido, en el pasado, el presente y el futuro.

El Señor Jesucristo te consideró al estar en la Cruz,  pensó en ti, soportó todo el dolor para que pudieras llegar al Padre por medio de Él.

¿Estás en alguna situación en la que parece que no hay salida? Piensa que lo más importante para tu vida ya está hecho, eres salvo por medio de Jesús, para lo demás cuentas con la ayuda del Señor para superar cada obstáculo en la vida.

¡Agradece porque Jesús pensó en ti al momento de dar su vida en sacrificio!

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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