En la Biblia encontramos muchos pasajes que nos advierten a no confundir el significado de la paz, ya que no puede hablarse de paz ocultando una situación de injusticia o cubriendo propósitos personales que no tienen nada que ver con el amor de Dios.

La Palabra de Dios dice:”Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.” 1 Juan 3:7-10 (RVR-1960)

La paz es fruto de ser justo; el problema es que se habla de paz espiritual o interior, pero sin comprender su concepto, ya que ésta no se construye sólo con palabras, sino con la práctica permanente de la misma con la base de la justicia, pues en realidad el resultado de la justicia será la paz. Si analizamos el relato de Jesús y el joven rico en Lucas 18:18-30, vemos que este joven era realmente un adulto importante entre los judíos por lo que tenía poder y era visto como ejemplo, de moralidad y sobre todo de religiosidad. Para los ojos de los demás, Dios lo había bendecido con riquezas, es decir que pensaban que lo había recompensado por ser un hombre justo y religioso.

Y no sólo el pueblo lo veía así, pues este hombre creía ser justo según su concepto religioso y se justificaba delante de Dios siguiendo normas creadas por hombres; un día escucha que Jesús estaba en la ciudad y corrió al encuentro del Señor, para preguntarle: “Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?”, pero el Señor Jesús conoce el corazón de este hombre y sabe que su mayor amor no es Dios, sino las posesiones materiales como muchos de aquellos que se sienten justos ante Dios.

Este relato nos muestra que no basta el actuar bajo las normas terrenales, usar una supuesta “paz” para evadir lo que es justo. Comencemos a vivir plenamente según los mandatos de Dios, no disfrazar la justicia con buenos actos, si no con actitudes verdaderas y de amor genuino a los demás.

Te invito a hacer justicia cada día por medio de tu actuar, hablar, pensar y vivir. Así no solo conseguirás ser justo si no también la paz.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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