Todos en algún momento hemos tomado un rumbo equivocado en nuestra vida. En una ocasión, Jesús relató la historia de un joven (Lucas 15) que había tomado una serie de malas decisiones, sufriendo después las consecuencias de las mismas, por lo que pensaba que no merecía perdón. Sin embargo, después de todos sus fracasos, hizo una cosa buena. “Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.” Lucas 15:17-18.

La historia nos recuerda que mientras estemos vivos podemos volver a nuestro Padre y tomar decisiones correctas. Quizás hoy te encuentras apartado de Dios y piensas que ya no tienes perdón. Pero quiero que sepas que “El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y está lleno de amor inagotable. No nos reprenderá todo el tiempo, ni seguirá enojado para siempre.” Salmos 103:8-9 (NTV)

Dios anhela que regreses a Él, mira lo que dice su palabra:

“Si regresas a mí te restauraré para que puedas continuar sirviéndome. Si hablas palabras beneficiosas en vez de palabras despreciables, serás mi vocero…” Jeremías 15:19 (NTV)

“Si te vuelves al Todopoderoso, serás restaurado, por lo tanto, limpia tu vida. Job 22:23 (NTV)

Sólo necesitas entrar en razón como aquel joven, reconocer que estás equivocado, arrepentido de tus decisiones y volver a Dios. No necesitas justificar tus errores ni dar explicaciones de tu pasado. El Señor dice: “Cuando ustedes me busquen, me hallarán, si me buscan de todo corazón.” Jeremías 29:13.

Si tú regresas a Dios y dejas el pecado, serás restaurado. De la misma manera, también habrá fiesta y alegría en los cielos por ti.  No esperes más y acércate a tu Padre Celestial.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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