En el jardín de las Tullerías en París se halla la estatua de una mujer, probablemente una bailarina, cuya cara cubierta con una máscara, vista de frente y a una cierta distancia, deja ver una sonrisa, pero a medida que uno se aproxima y la mira más de cerca, principalmente de un lado, se descubre en las facciones hábilmente trazadas por el artista, una grande angustia como originada por algún dolor escondido.

La mujer representada en la estatua quería, sin duda, dada su profesión, mostrar al público una cara sonriente, pero en realidad, está consumida por un profundo dolor.

Lamentablemente esa estatua es una representación de cientos de personas, que intentan mostrar una vida de éxito y  felicidad a los demás, usando sus redes sociales o simplemente fingiendo una sonrisa.

Proverbios 14:13 dice: La risa puede ocultar un corazón afligido, pero cuando la risa termina, el dolor permanece. (NTV)

Podemos llenar nuestras vidas de muchas actividades, comprar muchas cosas, vivir rodeados de personas, pero lo cierto es que el ser humano nunca será feliz si no busca a Dios, si se mantiene alejado de Él.

Es verdad que el ser cristiano no significa que no habrá problemas, es más, muchas veces atravesamos más pruebas en el proceso de convertirnos en aquello que  Dios quiere hacer con nuestras vidas. Sin embargo, la diferencia radica en que sin importar lo que estemos atravesando, podemos confiar en que nuestro Padre no nos abandona nunca y que Él está en control y su paz que sobrepasa todo entendimiento nos llena.

El apóstol Pablo dice en 2 Corintios 4:8 y 9: Estamos acosados por problemas, pero no estamos vencidos. Enfrentamos grandes dificultades, pero no nos desesperamos. Nos persiguen, pero Dios no nos abandona nunca. Nos derriban, pero no nos pueden destruir. (NTV)

Los problemas no deben robarnos el gozo del Señor, sino que son instrumentos para acercarnos más a Él y confiar plenamente en Su voluntad.

Que tu corazón y tu rostro reflejen exactamente lo mismo, no uses máscaras para mostrar a los demás algo que no existe. Si estás atribulado lleva tus problemas ante Dios y entrégaselos, no permitas que llenen de amargura tu corazón.

¡Dios puede transformar el llanto en risa! No te des por vencido y confía en Él.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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