Muchas veces nos acercamos a Dios con la confianza de que recibiremos un SÍ por respuesta a lo que le estamos pidiendo, pero no nos percatamos de que podría ser un ESPERA o un NO.

Esto me recuerda a cuando mi hermana menor era tan solo una niña, cuan complicado era darle un NO por respuesta a sus peticiones (o quizá podría llamarlas caprichos) porque como a todo niño de su edad le gustaban los algodones de azúcar y todas las golosinas que pudieran existir en el mundo. Sin pensar en las consecuencias que sus dientecitos llegarían a sufrir, ella podría haber consumido todos los dulces que estaban a su alcance. Fue difícil hacerla entender que no todo le convenía y que cuando se le decía que NO, debía obedecer porque como sus hermanos mayores y sus padres sabíamos lo que era mejor para ella, lo cual mi hermanita ignoraba por su corta edad.

De una forma similar actuamos con Dios, creemos que por ser un Padre amoroso, Él siempre dirá que SÍ a nuestras peticiones, pero ignoramos que muchas veces oramos movidos por nuestras emociones.

¿Alguna vez has orado e incluso ayunado por una petición, pero increíblemente a Dios se le ocurrió decirte que No? ¿Cuál fue tu reacción? ¿Te encaprichaste e hiciste un berrinche para que tu deseo se hiciera realidad o aceptaste el NO de Dios sabiendo que si Él te lo dice es por tu bien?

El hecho de que Dios no te haya dado todo lo que tú corazón desea no significa que Él no existe o que sólo a sus favoritos les responde, sino que simplemente Él tiene un plan y muchas veces es necesario negarte a tus deseos que podrían estar basados en tus emociones, para en un futuro no verte sufrir las terribles consecuencias.

Puede ser que en estos días hayas recibido una respuesta negativa de parte de Dios, si es así, no es momento de rendirse o enojarse con Él, así como un niño caprichoso lo haría, sino más bien, es tiempo de que puedas negarte a ti mismo y aceptar la respuesta soberana de Dios. Él conoce a perfección tu vida y sabe qué es lo mejor para ti. Si ahora fue un NO, es posible que no estés lo suficientemente preparado para que Dios pueda concederte lo que pediste o tal vez no era lo mejor para ti.

Hoy te invito a que aceptes su respuesta aun cuando esta no sea un SÍ, aprende a aceptar los NO de Dios, porque definitivamente será una bendición que te evitará grandes derrotas.

“Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.” Jeremías 29:11 (NVI)

Por Ruth Mamani

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario