Al concluir un año y empezar otro generalmente los medios de comunicación hacen un recuento de aquellas cosas sobresalientes que sucedieron en las noticias. Estos recuentos por lo general pueden ser desalentadores. Una guerra en el medio oriente, un terremoto en el occidente, lluvias torrenciales en fin, la cantidad de noticias pueden llegar a opacar la visión integral de la humanidad.
La realidad es que las noticias son recuentos de cosas que han sucedido, nadie cuenta las que no han sucedido, como por ejemplo; los países que NO están en guerra, los nombres de las ciudades donde no ha habido masacres o desastres naturales, o la cantidad de personas que no ha perecido victimas de crimen u enfermedades. Esas estadísticas no las ves en las noticias. Sin embargo existen. Las buenas noticias están rodeándonos. Miles de personas ayudan al prójimo, y otros tantos se preparan para empezar a hacerlo. Existen personas mal intencionadas pero también muchas otras que dan su vida por ayudar a los demás. Una realidad integral es aquella que abarca una suma total del ambiente.
Una suma noticiosa completa presentaría los miles de voluntarios brindando servicio al prójimo, las personas que donan sangre para que otros sobrevivan una tragedia u enfermedad. Aquellos que abren sus casas para recibir al huérfano, o desplazado. Los comedores de alimentos para el hambriento, o simplemente aquellos que interceden ante Dios por personas que ni conocen. Dios ha creado al hombre a su imagen y semejanza, ese parecido le hace dar, ser compasivo, brindar ayuda en momentos de necesidad.
Un ejemplo de esto fue la respuesta global a la crisis de Haití después del terremoto que sacudió la nación el 12 de Enero del año 2010. Según reportes de las Naciones Unidas más de 14,700 voluntarios fueron transportados vía aérea a unas 100 localidades haitianas aisladas de acceso normal. Los voluntarios llevaron consigo 1200 toneladas en artículos de primera necesidad. La ayuda prestada a Haití es solo un ejemplo entre tantos de las buenas noticias que suceden en el mundo y que tal vez no llegan a los medios de comunicación. Una de esas buenas noticias es el nacimiento del salvador del mundo, Jesucristo. No hay que olvidarse.
Al empezar este nuevo año no debemos dejar que nos abrumen las malas noticias, porque nuestro Dios es un Dios esperanzador como narra el libro de Romanos “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo” (Cap.15:13).
Inicia tu nuevo año con esperanza, y con las más altas expectativas sabiendo que Dios tiene buenos planes para ti, y que esos planes su cumplen en todo aquel que ha depositado su confianza plena en El.