“¡Basta ya de dormir, perezoso! ¡Basta ya de estar acostado! Mientras tú sueñas y cabeceas, y te cruzas de brazos para dormir mejor, la pobreza vendrá y te atacará como un vagabundo armado.” Proverbios 6:9-11 (DHH).
La pereza se convierte en un problema cuando se vuelve un hábito cotidiano. Sabemos que el perezoso no alcanza sus objetivos, constantemente se retrasa y entrega trabajos de mediocre calidad. Esta conducta si permanece en el tiempo puede llevar a las dolorosas consecuencias del sufrimiento y la pobreza. Sin embargo podemos cambiar de actitud y vencer la pereza, trabajando con diligencia en todo lo que hagamos, siendo productivos y responsables, siempre dando nuestro mayor esfuerzo para no tener que sufrir las consecuencias en un futuro.
Si la pereza te está atrapando, no lo permitas. Sé diligente y productivo en lo que hagas para que puedas alcanzar tus metas, haciendo todo como para Dios y no para el hombre. Se espera de un hijo de Dios, que la excelencia sea su signo distintivo.
Por Giovana Aleman
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.
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