“Cuando el ladrón llega, se dedica a robar, matar y destruir. Yo he venido para que todos ustedes tengan vida, y para que la vivan plenamente”. Juan 10:10 (TLA)
Dios es nuestro sostén y fortaleza ante la pérdida de un familiar, un diagnóstico irreversible, el abandono de una pareja, el quedar sin trabajo, el dolor de una traición. Dios está allí como nuestro Padre, dispuesto a darnos un abrazo, llenar nuestro vacío, hacer un milagro, pero sobre todo Él desea ingresar a nuestra vida para revertir todo lo adverso y convertirlo en doble bendición.
Por Danitza Luna
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
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