“El que guarda su boca y su lengua, guarda su alma de angustias”. Proverbios 21:23 (RVR1960)
¡Cuántas veces nuestros impulsos son más fuertes que el amor que sentimos por los demás! Cuando nos ofenden, dejamos de ver con objetividad a la persona que nos lastimó y corremos el riesgo de responder causando una herida a nuestro agresor. En lugar de esto, podemos pedir que Dios nos ayude y de sabiduría para saber responder adecuadamente. Por eso antes de hablar y responder con más agresiones, pudiéramos preguntarnos ¿qué haría Jesús en mi lugar? Seguramente descubriremos que necesitamos más amor, misericordia y dominio propio de manera que nuestro carácter cada día sea más parecido al de Jesús.
Por Danitza Luna
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
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