“Él sana a los que tienen roto el corazón, y les venda las heridas.” Salmos 147:3 (DHH)
Una conocida canción pregunta ¿Quién me va a curar el corazón partido? Porque ante esta situación pareciera que nuestro dolor no tiene remedio, ya que los recuerdos una y otra vez vienen a nuestra mente. Sin embargo, hay uno que si puede sanar nuestro corazón herido y llenar el vacío que ha dejado la decepción. Por lo tanto, entrégale a Jesús tu corazón hecho pedazos, para que El vuelva a sanar cada herida, te de un nuevo corazón, sano y libre de resentimiento. No hay ninguna herida tan grande que El Señor no pueda sanar, recuerda que Su poder se perfecciona en nuestra debilidad. Por Claudia Mamani
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
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