Oyendo un joven campesino inglés que el doctor Morrison, misionero en la China, pedía un ayudante, vino a ofrecer sus servicios a un miembro del comité misionero, quién quedó asombrado de ver a un joven falto de instrucción, y cubierto con malos vestidos, aspirar a ser el auxiliar del traductor de la Biblia al idioma Chino.
Por otra parte había en este ofrecimiento tanta sencillez, buena fe y resolución, que no se sintió libre para despedirle y acabó por decirle:
-Amigo, ni yo ni mis compañeros podemos consentir en enviar a usted a china como misionero, pues para esto se necesita instrucción y dotes especiales que usted no tiene; pero si no le repugna ir allí como criado del señor Morrison gustoso le proporcionamos los medios de acompañarle.
-Señor, contestó humildemente el joven, lo que deseo es servir al Señor en China, sea como misionero, sea como criado. Seré, lo que usted disponga que sea, para servicio de mi adorable salvador.
Dios bendijo su humildad, y ratificó su decisión de tal manera, que el joven campesino, pobre e ignorante, llegó a ser más tarde el célebre Doctor Milne; uno de los misioneros más distinguidos de la iglesia contemporánea.
Al igual que la historia Dios anhela usar a personas humildes para su servicio, busca gente que reconozca su dependencia por Él y que en su corazón haya esa convicción de decir “sin Él nada soy”.
La palabra humildad significa modestia, humillación de mente; es la virtud que consiste en conocer las propias limitaciones y debilidades y actuar de acuerdo a tal conocimiento.
Filipenses 2:5-7 nos dice “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo.”
Nuestro Salvador nos instruyó con su vida misma cuán importante es vivir con humildad. Él mostró que no necesitaba exaltarse para ser conocido, tomó forma de siervo, se despojó a sí mismo y no se aferró a su divinidad.
Recordemos que la humildad tiene una gran recompensa, el Señor mismo nos dijo “Porque el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.”(Mateo 23:12 NVI)
Para que realmente disfrutemos la vida cristiana es de vital importancia ser humildes porque esta virtud nos ayuda a someternos a la dirección del Espíritu Santo y nuestra voluntad doblegarla al Señor Jesucristo.
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
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