El águila calva, también conocida como águila americana, es una especie de ave que habita especialmente en América del Norte, famosa por ser el símbolo nacional de Estados Unidos y figura del Escudo Nacional de ese país.

Normalmente esta ave construye su nido en arbustos que están en acantilados muy altos y fuera del alcance de los depredadores. En ese lugar la hembra puede colocar hasta 2 o 3 huevos por año y después de un periodo de incubación de 35 días, sus polluelos rompen el cascarón.

Al principio sus dos padres los cuidan, uno permanece siempre junto a ellos con las alas extendidas y el otro recolecta provisiones para todos. Gradualmente aprenden a consumir sus propios alimentos y cuando ya están en cierta fase de su desarrollo ocurre algo interesante: sus padres los empujan desde lo alto del nido para que aprendan a volar mientras caen.

Esa forma natural de proteger y enseñar a volar de las águilas es mencionada en la Biblia.

Poco antes de su muerte, Moisés realizó una ceremonia para anunciar a Israel que su sucesor elegido por Jehová era Josué. Después de bendecirlo y darle algunas recomendaciones, le recordó a todo el pueblo obedecer la ley que les fue entregada varios años atrás y luego hizo un cantó en agradecimiento.

Precisamente uno de los versos dice: “Como águila que revolotea sobre el nido y anima a sus polluelos a volar, así el Señor extendió sus alas y, tomándolos, los llevó a cuestas.” Deuteronomio 32:11 Versión Dios Habla Hoy

Los pequeños polluelos no saben que tienen la habilidad de volar, pero sus padres sí y por esa razón simplemente los dejan caer desde lo alto.

Dios quiere ayudarnos a desarrollar los talentos y dones que nos ha dado, pero en ocasiones tiene que forzarnos a abandonar la comodidad del nido dándonos un empujón hacia afuera usando incluso diversas pruebas, conflictos o un cambio radical en nuestro entorno para que podamos desarrollar nuestro potencial.

Hasta los últimos años de Moisés Israel tenía maná del cielo, ropa que no se desgastaba, agua de la roca en pleno desierto, etc., todo lo que necesitaban, pero para entrar a la tierra prometida ocurriría un cambio, ahora ellos eran los que debían ira a la batalla y conquistar lo que el Señor les había prometido.

Dios quiere ayudarnos a alcanzar las promesas que nos ha dado, aunque quizás en ocasiones Él mismo tenga que darnos un empujón para sacarnos del nido y ayudarnos a descubrir que tenemos la capacidad de volar.

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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