La palabra influencia, según la Vigésima Segunda edición del Diccionario de la Real Academia Española, es la habilidad de ejercer poder sobre otros, de cambiar su actitud o forma de pensar sobre cierto tema o situación. Es importante tomar en cuenta que el carisma, la confianza que se emana o incluso la alegría que se puede trasmitir a otros; influencia –con gran poder- a todos con los que se tenga contacto, brindando inspiración para sus vidas.

En relación a esto, el respeto hacia los demás es un elemento vital para poder influenciar a otros. El optimismo y la confianza que se puede trasmitir a los demás, es una manera poderosa de nutrir sus vidas, de apoyarlos en los momentos difíciles con muestras de cariño y, sobretodo, de comprensión.

¿Te consideras tú una persona influyente? Para ser una persona de influencia, debemos ser íntegros en nuestra manera de pensar y de actuar, debemos escuchar a los demás y tratar de entender a aquellos que se acercan a nosotros. Esto significa ser más empáticos, más comprensivos y hasta más expresivos con los que están cerca de nosotros. Escuchar sin juzgar, un abrazo en medio de la angustia, o una conversación amena que rompa el silencio, pueden ser factores que influyan y ayuden a un individuo a ser una persona más feliz.

Aunque muchas veces la influencia puede ser mal utilizada, por ejemplo, cuando se abusa de una posición de poder en un cargo laboral o cuando instamos a otros a hacer cosas que no son apropiadas, estamos en el deber de devolver su verdadero propósito a nuestra capacidad de influencia: impactar a toda una generación, cultura, familia e incluso, ayudar a todos aquellos que son vulnerables, o se sienten excluidos  por  la sociedad.

Tu  puede ser un modelo digno de imitar. Puede ser motivador, mentor y multiplicador de buenas acciones; sembrando esperanza en los corazones que la necesitan y confianza en aquellos que desean explotar su potencial. Una clave importante para ser influyente en la vida de los otros es la honestidad, la sencillez y sobre todo, el agradecimiento por lo que se tiene. Esto le motivará a valorar la esencia de un corazón noble y, al cultivar la integridad, la capacidad de influencia generará una imagen más genuina.

Henry Ward Beecher, un prominente orador estadounidense de finales del  siglo 19, mencionó lo siguiente: “Aun la más humilde de las personas ejerce alguna influencia sobre los demás, sea ésta buena o mala”.

La vida nos da la oportunidad de conocer personas que, de una manera u otra, nos pueden influenciar para vivir mejor. Está en nuestras manos tomar esas cualidades para guiar a otros a crecer y caminar hacia un mejor futuro. Jesucristo es el mejor ejemplo de influencia es una mano amiga en tiempos de tristeza, una palabra de consuelo en medio de la desesperanza o una sonrisa a pesar de las angustia, tu puedes seguir el ejemplo de Jesús y/o impactar el corazón de alguien.

Ya sea que tú te desempeñes como líder, como padre o madre, hijo, amigo, o jefe, recuerda que tienes en tus manos una gran responsabilidad: llenar de influencia motivadora a los que estén a tu alrededor, particularmente si hay personas a tu cargo.

Camilo Garcia

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

 

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