2 Corintios 12:9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.

La debilidad es cualquier limitación que tenemos y no poseemos poder para cambiarla; todos tenemos una o varias, ya sea por herencia, alguna situación incontrolableo por otros factores.

De una u otra forma no nos gusta exponer nuestras debilidades para no mostrarnos frágiles, pues queremos ser personas fuertes, firmes, valientes que todo lo logran y no hay obstáculo que nos impida.

Sólo que no podemos ocultar a Dios lo que realmente somos,pero a Él no lo detienen nuestras limitaciones, al contrario es un medio de que se manifieste su poder. Solamente debemos reconocer que, como humanos, tenemos debilidades;  a manera de reflexión ¿podrías mencionar alguna de ellas?

Tener debilidades es un problema cuando no dependemos de Dios y cuando nos creemos autosuficientes, esa es la limitación más grande que podemos tener.

La debilidad de Moisés era su temperamento, eso lo llevó a matar a un egipcio, golpear la roca cuando se suponía que debía hablarle, sin embargo Dios lo transformó en “el hombre más manso de la tierra” (Número 12:3)

La debilidad de Gedeón era su baja autoestima y una inseguridad profunda, no obstante, Dios lo transformó en “un varón esforzado y valiente” (Jueces 6:12).

No creas que no serás usado solo por alguna limitación que tienes, al contrario deja que Dios sea quien transforme ese “aguijón” en tu mayor fortaleza. Depende de Él y verás que lo imperfecto se vuelve perfecto.

Ahora tenemos esta luz que brilla en nuestro corazón, pero nosotros mismos somos como frágiles vasijas de barro que contienen este gran tesoro. Esto deja bien claro que nuestro gran poder proviene de Dios, no de nosotros mismos. 2 Corintios 4:7 (NTV)

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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