“¡No es Justo! ¿Por qué a mí si yo no hice nada para merecer este castigo?”. Eran pensamientos de una adolescente que cuestionaba a Dios el porqué de tantas injusticias en su vida y las que veía a su alrededor.

Es verdad que existen terribles hechos como: la pérdida de un ser querido, caer en las redes de alguien que planificó tu caída económica, ser despedido de tu empleo a causa de alguien más, la pérdida de tu casa, etc. Muchos hemos sido víctimas de este tipo de situaciones que en algún momento nos han llevado a dudar del amor de Dios y aun de su existencia.

Pero… ¿hay algo comparado con el sufrimiento que Jesús padeció de camino a la cruz? ¿Era justo que lo golpearan y lo maltrataran? ¿Cuál fue su culpa para padecer tanto dolor? ¿Por qué no se defendió cuando lo acusaban falsamente? Son tantas las preguntas que podemos hacernos con respecto a este hecho que la única respuesta que se halla es: “por amor a ti”.

“Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).

Tal vez en estos días has estado pasando por situaciones realmente lamentables y no puedes evitar que estas palabras, que en algún momento fueron también mis favoritas, salgan de tus labios.

Aun si no entiendes el porqué de todo lo que estás viviendo, agradece a Dios, póstrate ante su presencia, entrégale cada una de tus cargas en sus manos y descansa en Él. El calvario por el que estás atravesando es momentáneo.
Este maravilloso sacrificio que Jesús hizo no terminó con su muerte, porque al tercer día Él resucitó.

¿Estás dispuesto a permanecer en Jesús? Porque Él quiere resucitar tu economía, tus relaciones familiares y bendecirte en sobremanera.

Vamos, acepta la maravillosa oferta que Dios te da.

“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Juan 16:33 (RVR)

Por Ruth Mamani

 
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario