Luis era un muchachito de 12 años que gustaba de los videojuegos, sobre todo de uno en específico donde él representaba a un soldado que luchaba en el campo de batalla.

Una de sus misiones favoritas era ambientada en una costa, donde miles de soldados luchaban por tomar una playa llena de peligros y dominada por enemigos. Era una misión sumamente difícil pero para Luis era un reto que no podía dejar de tomar, es más, cada vez que superaba la misión en sus tres niveles de dificultad sentía satisfacción.

Una de esas mañanas Luis fue a la escuela y su maestro de historia, comenzó su lección hablando de algunas de las batallas más grandes que ha enfrentado la humanidad. Relato tras relato la clase parecía un poco más larga que de costumbre, pero de repente llegó a un punto en el que comenzó a describir partes bastante similares a las del videojuego que tenía.

En ese instante sus sentidos cobraron vitalidad. Los relatos del profesor tenían tanto parecido con las misiones que tenía que cumplir el personaje de ficción del videojuego, que era difícil de asimilar de un solo golpe.

Al terminar la clase, Luis se dirigió a su profesor para hacerle algunas preguntas y, si era posible, pedirle algún libro para calmar la curiosidad que había despertado en su interior.

Al leer con más detenimiento, el muchacho llegó a una batalla con soldados que tenían que desembarcar  en una playa llena de peligros y dominada por enemigos, se trataba del desembarco de Normandía en 1944. Luis sencillamente no podía salir de su asombro al ver cómo algo que hasta hace algunos días parecía pura ficción, hoy era un hecho que realmente había ocurrido.

Salmos 44:1 “Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído, nuestros padres nos han contado, La obra que hiciste en sus días, en los tiempos antiguos.” Versión Reina-Valera 1960

La biblia tiene algunos de los relatos más impresionantes que la historia puede tener, pero al leer todo lo que allí está escrito, ¿en verdad estamos conscientes que todo ocurrió realmente? El mar se abrió por la mitad, un remolino de fuego cae del cielo, un arbusto en llamas hablando, muchos años construyendo una barca para salvarse de una lluvia que nunca antes ocurrió, hombres caminando entre el fuego, muchachos venciendo a guerreros gigantes, hombres que comparten mazmorras con leones hambrientos, un salvador que nace de una mujer virgen, etc. Cada relato es más impresionante que el otro.

Por muchos años se ha tratado de poner a la Biblia en la categoría de libros religiosos con historias utópicas, pero con el paso del tiempo se ha podido develar la veracidad de muchos de sus relatos. Sencillamente no podemos tener a la palabra de Dios como un documento de historia.

La pasión con la que leemos y predicamos sobre los hechos de la biblia, debe estar asentada en la convicción de creer en cada relato y en el conocimiento de Dios, como autor de cada suceso.

2 Pedro 1:16 “Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad.” Versión Reina-Valera 1960.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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