Enoc fue otro hombre de fe, que vivió trescientos sesenta y cinco años andando en íntima comunión con Dios y agradándolo. Fue ascendido al cielo sin morir; desapareció, porque Dios se lo llevó. Si hoy partiéramos a la presencia de nuestro Señor, ¿de cuántos de nosotros se podría decir lo mismo?

Si bien sabemos que debemos andar por fe y no por vista, solo cuando enfrentamos alguna prueba es cuando ponemos en práctica este principio; porque una cosa es decir y otra muy distinta es hacer. Son precisamente estos momentos los que el enemigo aprovecha para confundirnos, perturbarnos y hacernos dudar del amor de Dios, pero nosotros no debemos creer esas mentiras sino más bien pedirle al Espíritu Santo que cuide nuestra mente y corazón para no pecar contra nuestro Padre Celestial y que nuestra fe no nos falte para seguir confiando en Él.

El Señor respondió: —Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a este árbol: “Desarráigate y échate al mar”, ¡y les obedecería! Lucas 17:6 (NTV)

Si te encuentras desanimado y sin fuerzas para continuar, recuerda que Dios aún tiene el control de tu situación y es capaz de transformar tus circunstancias. Sólo necesita que le creas y le permitas obrar en tu vida con total libertad. Deja de tomar decisiones por tu propia cuenta e intentar llenar el vacío que sientes con otras cosas y personas. Comparte con Él cada uno de tus anhelos y metas, para que conforme a sus planes y tiempo, se hagan realidad.

Hoy es un buen día para meditar en el tipo de fe que tenemos, porque de nada nos sirve decir que creemos en Dios cuando en realidad seguimos dudando de lo que Él es capaz de hacer en nuestras vidas. Dejemos de buscar otras alternativas para resolver nuestros problemas, recurramos al único que puede revivir nuestros sueños y darnos una nueva esperanza, Jesús.

De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad. Hebreos 11:6 (NTV)

Nuestra fe no solo debe servirnos para un momento y lugar específico sino que tenemos que reflejarla y activarla cuando estamos solos o con otras personas; en nuestro hogar, trabajo, colegio, universidad, iglesia, etc.

Fe, es agradecer antes que ocurra un milagro. Es sentir en el corazón paz, sabiendo que Dios no nos va a fallar.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario