“En el hogar de mi Padre, hay lugar más que suficiente. Si no fuera así, ¿acaso les habría dicho que voy a prepararles un lugar? Cuando todo esté listo, volveré para llevarlos, para que siempre estén conmigo donde yo estoy.” Juan 14:2-3 (NTV)

Han pasado más de dos mil años desde que nuestro Señor Jesucristo hizo esta promesa, muchos se cansaron de esperar y abandonaron la carrera, otros han perdido las esperanzas de que Jesús vuelva pronto y algunos ya no aspiran  llegar a la eternidad, al contrario, dedican su vida entera a buscar las cosas de este mundo.

 Jesús dijo: “Donde esté tu tesoro, allí estarán también los deseos de tu corazón.” Mateo 6:21 ¿Dónde está tu tesoro? ¿En la tierra o en el cielo?

Los que acumulan tesoros en la tierra son los que satisfacen los deseos de su carne, los que traicionan su fe y viven ignorando la palabra Santa de Dios; esos  no heredarán el Reino de Dios.  Los que acumulan tesoros en el cielo son aquellos pobres en Espíritu que buscan ser llenados cada día,  aquellos que crucifican sus propios deseos pecaminosos y deciden ser fieles hasta la muerte, son quienes que se ponen de pie cuando un problema los golpea y siguen adelante su carrera.

Si has dejado de orar como lo hacías antes, ya no buscas el consejo de Dios en su palabra,  no frecuentas mucho la iglesia, has dejado de servirle  y la vida se ha hecho  más fácil desde que has dejado tu primer amor, lamento decirte que estás a punto de perderte  para siempre.

Llegar a la eternidad es para valientes, para aquellos que guardan la palabra de  Dios y  viven una vida de consagración, oración, integridad, santidad, justicia, fe y amor.  ¿Tienes una vida de esa forma? “Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.” Apocalipsis 3:10

Llegará el día  en que Dios llame a su iglesia, el día en que se vayan los justos, en que los muertos en Cristo resuciten, el momento en el que tú y yo nos iremos a una eternidad con Jesús. ¿No es hermoso?  Ese día que anhelamos no está muy lejos para los que amamos a Dios y entendemos su palabra. Los acontecimientos en el mundo anuncian el pronto retorno de nuestro Señor Jesucristo y por ende, el arrebatamiento de una iglesia santa, pura y sin mancha.

Que tu arrepentimiento no sea cuando Él llame a su iglesia, que tus rodillas no caigan al suelo después de todo, que tu consagración no sea cuando todo se haya cumplido. No importa si las condiciones en la que te encuentras son dolorosas,  si has perdido a un ser querido, si te desilusionó la persona que amas, si la enfermedad aun no sana y ya no tienes fuerzas. Te animo a que  permanezcas  fiel a Dios, recuerda quién es Él para ti, y lo que  el apóstol Pablo dijo: “Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.” Hechos 16:22

Que nada ni nadie te quite la salvación tan grande que Dios te ha dado, retenla con todo tu corazón,  porque el enemigo, el diablo, sabe que estamos cerca de nuestra meta y querrá a toda costa que te quedes. A muchos ya los apartó, que tu no seas el próximo.

Ora, escudriña y ayuna. “He aquí, yo vengo pronto; reten lo que tienes, para que ninguno tome tu corana.” Apocalipsis 3:11

¡Que nadie tome tu lugar y la corona que Dios tiene preparada para ti!

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario