Lo que ocurre normalmente, cuando alguien hace algo incorrecto, es que se le da un castigo. Así sucede en el caso de los hijos en el hogar, se acostumbra a que los padres actúen cuando el hijo obtuvo malas calificaciones, imponiéndoles una sanción, ya sea quitándoles algo que ellos quieren, prohibiéndoles hacer ciertas actividades que a ellos les gustan, en fin a eso se le llama castigo.

También se ha oído hablar de que Dios te puede castigar, pero debemos saber distinguir un castigo de una consecuencia. Él no castiga, no hace nada para que tu sufras o pagues por tus actos, al contrario Jesús ya pagó por cada uno de nosotros y no está al pendiente de hacernos pagar o, como se dice, castigarnos.

Todas las situaciones difíciles por las que podemos estar pasando son sólo consecuencias de nuestros propios actos y nuestra rebeldía.

Dios nos advierte sobre las consecuencias, no como un castigo que vendrá sobre nosotros si no obedecemos si no, para que estemos consientes de los frutos que recogeremos como productos de nuestros actos.

Quita de tu cabeza que la situación que estás atravesando es un castigo, con Dios no existe eso, por el contrario, están la gracia y el perdón. Con Él tienes una nueva oportunidad y sobre todo las herramientas que te ayudaran a atravesar este tiempo.

Nosotros mismos provocamos las consecuencias, mas Dios nos disciplina con amor para que no caigamos y tengamos que pasar por ese dolor.

“Porque el Señor disciplina a los que ama, como corrige un padre a su hijo querido.” Proverbios 3:12 (RV-1960)

Dios nos disciplina porque su amor es tan grande que cuida de nosotros a través de cada advertencia que está plasmada en su Palabra, pues sólo quien está interesado en ti quiere tu bien.

Deja de pensar que Dios te está castigando, Él siempre te da una salida para no caer, pero es tú decisión aceptarla o ver las consecuencias de tu necedad.

“Quien se burla de la instrucción tendrá su merecido;quien respeta el mandamiento tendrá su recompensa.” Proverbios 13:13 (NVI)

Hoy te invito que puedas ser sensible a su voz y obediente a su corrección, pues solamente así evitarás ser victima de ti mismo.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario