Tengamos presente, antes de desarrollar los cinco puntos de la libertad sitiada, los siguientes pasajes:
Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres … Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.
Juan 8:32,36 (RVR1960)
La primera cuestión que se hace entender a la gente es ésta: la libertad a la que se refiere Jesús es respecto de los pecados y del infierno. Es decir, que al aceptar a Cristo, uno quedaría libre por un lado de la culpa, y por otro de la condenación eterna. Nada más.
Esta es una reducción flagrante al alcance de la misión de Jesús. El vino a mostrar el amor de Dios y a reconciliar con Dios todas las cosas, repito, todas las cosas (Colosenses 1:20). Y esas cosas no sólo se refieren al alma individual y a su destino eterno.
Escribí una vez sobre los centinelas. Los describí como esas personas que se han arrogado la tarea de espiar nuestra libertad en Cristo. Están atentos a vigilar qué comemos, qué tomamos, qué leemos, con quiénes nos reunimos, qué música escuchamos, en fin.
Esta tarea vigilante surge de la idea de que, aunque somos libres en Cristo, tenemos que ser advertidos siempre que la libertad tiene límites. Creen que somos incapaces de discernir eso por nosotros mismos. Y ya tenemos aquí dos de los cinco puntos de la libertad sitiada.
Mientras que se reconoce que Cristo nos hizo libres, se nos hace ver que hay una serie de límites a esa libertad. Nos recuerdan cosas como: “Libertad, pero no libertinaje”, “somos libres, pero aquí en nuestra institución se hace lo que dicen los jefes”, “hemos sido hechos libres, pero usted tiene que entender que aquí no se acepta disentir de la palabra y la doctrina oficial.”
En otras palabras, no seríamos verdaderamente libres, sino más o menos.
La libertad estaría disponible solamente para aquellos que cumplen con los requisitos fundamentales. Es única y exclusivamente propia de nosotros. Cualquier otra libertad sería falsa, incompleta, diabólica o lo que sea que la institución llame a lo de “afuera”.
Claro, Cristo nos hizo libres a todos. Pero se nos hace entender que hay ciertas jerarquías que disponen de un mayor grado de libertad y al mismo tiempo de inmunidad respecto del resto de la grey. Ellos serían más capaces de enfrentar los peligros de la vida y por lo tanto merecen ciertas consideraciones especiales. Porque si bien todos somos libres, hay quienes serían más libres que el resto.
Finalmente, esta es una opinión personal y toda la responsabilidad de estas ideas recae sobre mí. Así que, sin más palabras, les dejo aquí mi versión de los cinco puntos de la libertad sitiada.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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Excelente. Gracias.