Dicen que en el amor y la guerra todo vale, y por esa razón muchos se hacen difíciles de conquistar. Tal comportamiento es muy frecuente; pero más allá de si funciona o no, revela algo importante del autoestima y la psicología del individuo.
Una investigación publicada en la revista Personality and Individual Differences analizó las razones por las cuales algunas personas quieren parecer más deseables al negar signos de interés romántico. Omri Gillath y Jeffery Bowen, de la Universidad Johns Hopkins, investigaron las asociaciones entre la distancia romántica y el estilo de apego.
El estilo de apego es la forma de pensar, sentir y comportarse de las personas en relaciones. Este se forma en la infancia —y aunque puede desarrollarse con el tiempo— se divide en dos categorías principales: seguro o inseguro.
Aquellos que tienen un estilo de apego inseguro se clasifican como ansiosas o evasivas. Los investigadores encontraron que las mujeres y las personas con estilos de apego inseguros tienden a jugar más para obtener más. Gillath explicó:
Las mujeres, como esperábamos, están jugando a hacerse las difíciles para conseguir más y los hombres las persiguen. Las personas evasivas tienden a jugar a ser difíciles de conseguir y las ansiosas las persiguen.
Según Gillath, las personas seguras de sí mismas, y que tienen confianza en el amor de otros hacia ellas, no se comportan de esa manera. ≪Si eres inseguro, es más probable que uses estas estrategias, jugando y persiguiendo≫.
Además, la investigación reveló que las personas que se hacen difíciles de conquistar lo hacen porque quieren protegerse; esto implica que es una especie de barrera que las separa de las demás. Pero no solo funciona como un mecanismo de defensa, sino también de control:
Los comportamientos difíciles de obtener parecen servir como estrategias para autoprotegerse y manejar los comportamientos de posibles parejas.
En cuatro estudios con más de 900 participantes, los autores descubrieron que aquellos que se comportan así también pueden tener otras razones. Muchos de ellos lo hacen para tener control o porque tienen altas expectativas sobre su pareja ideal.
Según el estudio, las personas con estilos de apego evasivos y ansiosos manejan sus vulnerabilidades psicológicas al hacerse difíciles de conquistar; pero, a su vez, esto está enraizado en las primeras experiencias de la vida. Gillath afirma: ≪Estas personas generalmente son personas inseguras, y sus relaciones son a menudo duraderas o insatisfactorias≫.
Es decir, que es posible que esa táctica funcione en el romance, pues es casi un instinto de supervivencia. Gillath explica que la gente se comporta así porque está aterrorizada: ≪No pueden confiar en nadie, y están haciendo todo lo posible para protegerse de ser lastimadas nuevamente. Entonces, para ellos, no es ‘jugar’. Este no es un juego para ellos, sino una forma de protegerse y verificar que las personas son serias y serán compañeros confiables≫.
Los investigadores afirman que este comportamiento no solo se da en las relaciones románticas, sino en todo aspecto. Por tal motivo, se aconseja que antes de jugar a ser difícil de conquistar y luego insinuar algo romántico, es mejor examinarse uno mismo; puesto que los problemas emocionales no serán solucionado con la aparición de otra persona. Es preferible no construir una relación con los traumas del pasado como base.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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