Es probable que quieras que tus hijos te obedezcan, y quizá te sientas mal cuando ellos no lo hacen. Pero que tengas esta situación en tu familia no quiere decir que seas mal padre, sino que debes cambiar de método.
Thomas Lickona es un psicólogo especializado en los niños, y asegura que existe una forma comprobada de educar a los niños y que tiene resultados positivos. Según él, la fórmula se encuentra en cuatro pasos específicos y que debes aplicar cada vez que quieras enseñarle algo a tus hijos.
Lickona recomienda el método AEPF (4E, en inglés), que incluye: anticipar, explicar, posibilitar y fortalecer. Cuando aplicas esta técnica podrás instruir a tus hijos sobre la razón por la que deben obedecer y qué consecuencias tiene, pero todo desde una perspectiva que ellos pueden entender.
El primer paso es anticiparte a la acción; es decir, prevenir que hagan algo que pueda ser perjudicial para ellos. Sin embargo, no solo basta con decirle que algo está mal o es peligroso. Aquí se tiene que aplicar el segundo paso: explicar.
Para que entiendas cómo funciona, imagina este escenario: Tu hijo pequeño se acerca a la cocina y quiere agarrar la tetera que tiene agua hirviendo. ¿Qué harías? Lo natural es que le digas que no lo haga. Pero eso no es suficiente.
De acuerdo con el psicólogo Lickona, debes decirle que no lo haga y decirle por qué no debe hacerlo. Lo mismo se aplica en diferentes situaciones; por ejemplo:
La advertencia y la explicación deben utilizar un lenguaje de acuerdo a la edad del niño. Si es muy pequeño y su vocabulario es limitado, se le tiene que hablar con palabras que entienda; de lo contrario, no entenderá el motivo.
El tercer paso es posibilitar la acción para que el niño entienda cómo debe ejecutarla. En otras palabras, mostrarle cómo debe hacerlo. Y en caso de que lo haga mal, pedirle que lo haga de nuevo y demostrarle cómo. Estos son algunos ejemplos:
Los niños aprenden con el ejemplo, y hay cosas que como adultos sabemos que debemos hacer; pero los niños las desconoces y por eso se les debe enseñar. Conductas diarias como pedir permiso, pedir perdón o expresar gratitud, son prácticas que los padres deben dar el ejemplo e instruir a sus hijos. Los modales y otros comportamientos sociales no son la responsabilidad de la escuela: es de los padres.
Para que tus hijos te obedezcan tienes que fortalecer y reforzar la conducta una y otra vez. No basta con enseñarles una sola vez y esperar que lo recuerden para toda sus vidas. Para lograr que tu instrucción sea permanente, recuérdales cuando fallen y pregúntales qué consecuencias tienen sus acciones. Por ejemplo:
Otra manera es haciéndoles sentir que lo que hacen es muy importante. Esto contribuye a su autoestima porque sienten que son valorados y que su contribución es vital.
Por eso también se les debe decir palabras de aprecio y amor cuando hacen algo bien. Educar a los hijos no solo es ponerles reglas para que obedezcan, sino demostrarles que ellos importan y lo que hacen es por su bien y el de los demás.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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