Como cristianos debemos reflejar el gozo de Dios. Estamos acostumbrados a esta afirmación, pero en ocasiones se vuelve un obstáculo en nuestras vidas. No quiere decir que el gozo de Dios sea un problema, sino nuestra forma de ver esta frase. Creemos que estar gozosos implica sonreír siempre y nunca mostrar emociones negativas, por más ciertas que sean. Llegamos a pensar que ser cristianos significa estar felices todo el tiempo y no mostrar dolor bajo ningún motivo. Muchas veces, eso nos lleva a juzgar a los demás y a esperar que muestren el gozo de Dios cada minuto de sus vidas. Sin embargo, ¿será esto cierto?
Como seres humanos experimentamos sentimientos complejos. Dos personas pueden sentir diferentes emociones debido a una misma situación. Pero todos, sin excepción, sentimos una emoción llamada tristeza. Incluso el mismo Jesús demostró signos de depresión en los últimos momentos antes de su crucifixión. (Para más información, leer 6 personajes bíblicos que sufrieron de depresión).
Cuando le entregamos nuestra vida a Dios, Él no nos quita las emociones. Si así lo hiciera, no seríamos capaces de sentir alegría, empatía, agradecimiento, esperanza, etc. Necesitamos las emociones porque son una de las cualidades que nos hace humanos. Así que ser cristianos no nos despoja de la capacidad de sentir tristeza, dolor o aflicción.
Ana, David, Nehemías y Job son algunos personajes bíblicos que sintieron tristeza profunda. Sin embargo, ninguno de ellos permitió que esa emoción los encapsulara y atrapara para siempre. En cambio, ellos la utilizaron para acercarse más a Dios. Esa es la clase de actitud que debemos tener con respecto a la tristeza y otros sentimientos similares: no debemos ocultarlos, sino reconocerlas ante Jesús.
Ser cristiano no significa fingir felicidad las 24 horas del día. Significa tener la esperanza de que, por más que sintamos dolor, Dios está con nosotros y Él es más fuerte que nuestra aflicción.
Dios no hizo robots que sonríen cada segundo. Hizo seres humanos que sienten una amplia gama de emociones y que a través de ellas demuestran que Dios sí cambia vidas.
≪Dios me ha contestado: «Mi amor es todo lo que necesitas. Mi poder se muestra en la debilidad.» Por eso, prefiero sentirme orgulloso de mi debilidad, para que el poder de Cristo se muestre en mí. Me alegro de ser débil, de ser insultado y perseguido, y de tener necesidades y dificultades por ser fiel a Cristo. Pues lo que me hace fuerte es reconocer que soy débil.≫
2 Corintios 12:9-10 (TLA)
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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