Aunque no pienses que sea verdadero, hay millones de víctimas de la esclavitud infantil en todas partes del mundo. Estas víctimas son menores, como nosotros, de las edades 5-17. Es increíble que nosotros fácilmente pudiéramos ser uno de ellos quienes son forzados a trabajar, sin importar cómo afecte a nuestra salud. ¡Pero hay esperanza! Al pasar los años, la cantidad de víctimas ha reducido por la ayuda recibida en esta batalla y nosotros también podemos ayudar a esta causa.
Con tus amigos, con tu familia, con alumnos de la escuela, y también con la iglesia. Cuantas más personas estén informadas, más ayuda se encontrará. ¿Y cómo podemos hacer esto? Podemos publicarlo en las redes sociales y mandar videos cortos relacionados a cómo son sus condiciones de trabajo. También puedes hablar del uso en la escuela y distribuir panfletos con información sobre este tema. Si quieres hacer algo más simple, manda mensajes de textos a conocidos sobre esto. Mientras envías el mensaje, otros escucharán.
Muchísimos productos de marcas no tienen certificados de comercio justos. Estos certificados significan que no fueron fabricados por menores bajo la esclavitud infantil. Cuando me enteré de la pequeña cantidad de compañías, me entristeció. La mayoría de la comida (principalmente el chocolate), la ropa, los muebles, las alfombras, y otros productos no tienen estos certificados. Esto quiere decir que muchos de mis productos, y probablemente tus productos, fueron hechos por niños. Esta noticia cambió mi forma de pensar porque me impulsa a estar alerta la próxima vez que vaya de compras. Hay sitios en la web que informan de cuáles son los productos certificados y cuáles no. Aquí hay algunos enlaces:
https://www.fairtradecertified.org/,
http://fairtradeamerica.org/Fairtrade-Products,
http://www.foodispower.org/chocolate-list/.
Hay muchas organizaciones que recogen dinero para ayudar a las víctimas de esta injusticia. Pero nosotros, como adolescentes, algunas veces se nos hace difícil reunir dinero. ¡Eso se entiende! Todavía no somos adultos, y muchos somos estudiantes sin trabajos. ¡No tienes que avergonzarte, o sentirte desanimado, dona lo que puedas! Esto no se trata de la cantidad, se trata de hacerlo con amor.
Sembrar nuestros propios jardines elimina la compra de esas cosechas en supermercados que no nos informan cómo fueron cultivados sus productos. Esto también elimina dudas de sus origen. Los vegetales que pueden cultivarse en casa son tomates, aguacates, espinaca, y pimientos. Se pueden sembrar árboles, aunque se demoran en crecer, de frutas como manzanas, mangos, mandarinas, y peras. Si estas no son opciones, se pueden comprar de vecinos o de personas quienes las venden porque tienen sus propias plantas. Todo esto también es más saludable porque las condiciones se pueden controlar, lo cual significa que son completamente naturales.
Si quieres leer más sobre nuestra campaña infórmate en: Dile NO a la esclavitud infantil.
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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