En Éxodo 1 relata cómo los hijos de Israel se multiplicaron en tierra Egipcia, tanto que los egipcios temieron por ellos; el faraón entonces dio la orden a las parteras de las hebreas Sifra y Puá que matasen a los niños y dejasen con vida a las niñas en el alumbramiento que atendían con el objetivo de frenar el crecimiento de ese pueblo.
Sin embargo, ellas temían a Dios y se negaron a obedecer la orden del rey, dejando vivir también a los varones. Por esta razón, el Señor las bendijo.
“Y Dios hizo bien a las parteras; y el pueblo se multiplicó y se fortaleció en gran manera. Y por haber las parteras temido a Dios, él prosperó sus familias.” Éxodo 1:20-21 (RVR1960)
Quizás alguna vez has enfrentado alguna situación donde te pidieron que procedas de forma deshonesta, que mientas por otros, que alteres un número en tus reportes, que subas precios por encima de lo justo, o que seas cómplice de una injusticia. ¿Cómo reaccionaste?
En el caso de Sifra y Puá, su actitud fue de dependencia primeramente a Dios, por encima de lo que implicaría desobedecer al rey egipcio. Como consecuencia, el pueblo se extendió más, se fortaleció y ellas fueron bendecidas.
Si se presenta una situación donde tienes que obedecer a una autoridad o a Dios, sin dudarlo elige ser obediente a nuestro Señor.
¡Sé integro donde estés!
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
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