A todos nos gustan las explicaciones lógicas, nos gusta entender lo que sucede, pero hay muchas cosas que no son posibles de explicar con palabra y una de ellas es el amor de Dios y quién es Él.
Se cuenta de un ateo dictaba una conferencia ante un gran auditorio y, después de haber finalizado su discurso, invitó a cualquiera que tuviese preguntas a que subiera a la plataforma.
Unos instantes después un hombre que había sido bien conocido en la ciudad por su adicción al alcohol, pero que había sido salvo recientemente, aceptó la invitación, y sacando una naranja del bolsillo comenzó a pelarla lentamente.
El conferencista le pidió que hiciera la pregunta, pero el hombre continuó imperturbable pelando la naranja, al término de lo cual, se la comió. Cuando terminó de comérsela se volvió al conferencista y le preguntó:
El hombre que alguna vez fue alcohólico respondió entonces:
La relación con Cristo no es algo que uno pueda explicar con palabras o argumentos lógicos, se necesita experimentar para poder entender. Y posiblemente, mientras más conozcamos de Él y de su infinito amor y misericordia, nos sentiremos menos capaces de comprender su magnificencia.
¿Cómo se puede entender que por amor entregara a su Único Hijo para perdón de nuestros pecados? ¿Es lógico que el Dios Creador de todo el universo dejara su trono para salvarnos? ¿Por qué se interesa por una creación tan pecaminosa y que se empecina en hacer lo que está mal? ¿Qué lo hace amarnos tanto?
El reconocer nuestra condición y aceptar su perdón, es el inicio de una relación personal que quizás muchos no entiendan, porque es necesario experimentarla para comprender, no se puede explicar en palabras.
Ustedes aman a Jesucristo a pesar de que nunca lo han visto. Aunque ahora no lo ven, confían en él y se gozan con una alegría gloriosa e indescriptible. La recompensa por confiar en él será la salvación de sus almas. 1 Pedro 1:8,9 (NTV)
Quizás nunca entendamos algunos misterios, pero la fe no necesita explicaciones lógicas, por eso es fe. Lo importante ahora, es que nos esforcemos por mejorar nuestra relación personal con Dios.
Padre amado, muchas gracias porque para poder acercarme a ti no necesito entender todo ni tener respuesta a todas las preguntas. Gracias porque tú me recibes como el Padre amoroso que eres, dispuesto a perdonarme, amarme, enseñarme y guiarme.
Te pido que me ayudes a ser cada día más como tú y que si en algún momento me asaltan las dudas, me recuerdes que creer en ti va más allá de cualquier respuesta lógica y humana, que tú eres mucho más grande y poderoso de lo que pueda comprender. En el nombre de Jesús amén.
Seguramente te has encontrado con personas que no entienden qué es la fe, ¿qué les dirías cuando quieren respuestas lógicas?
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