“Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos”. Proverbios 23:26 (RVR1960)

Muchas veces la desilusión puede hacer que nuestro corazón se endurezca. Y lo cerramos y no queramos perdonar, pero Dios en su Palabra nos pide que le entreguemos nuestro corazón, Él es el único que puede sanar las heridas y ayudarnos a perdonar para vivir plenamente y en libertad.

Por Danitza Luna

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario