Se cuenta que una señora tenía algunos huéspedes en su casa para ayudarse a vivir.

Un día, a la hora cuando el sol llegaba a su ocaso, entró en la habitación de uno de sus huéspedes  y lo halló mirando en dirección a la ventana. El hombre estaba en muda contemplación, absorto  ante el maravilloso espectáculo de la puesta del sol.

La mujer se acercó y se quedó parada mirando en la misma dirección, sin hablar una palabra.

El hombre, creyendo que, al igual que él mismo, la señora de la casa había quedado como extasiada de admiración, siguió en su actitud callada.

De pronto ella, con voz de vergüenza, dijo:

–          Sí, señor, tiene usted mucha razón. La ventana está demasiado sucia. Le prometo limpiarla hoy mismo.

En muchas oportunidades, al igual que la señora de la historia, nos hemos parado frente a una ventana y no hemos sido capaces de ver más allá de las manchas que había en ella. La ventana podría haber sido una circunstancia difícil y lo único que vimos fue el momento que vivíamos, no pudimos ver lo que había detrás del vidrio, las oportunidades o bendiciones que habían detrás del problema.

Por los afanes de la vida, decepciones, problemas u otros factores, muchas veces nos enfocamos en lo más próximo a nuestra vista, siendo incapaces de ver el hermoso paisaje que hay detrás de la ventana. Inclusive dejamos de ver la vida como un milagro y damos por sentado que nos pertenece, dejamos de apreciar y agradecer por la salud, los alimentos, por el trabajo y la familia, sin percatarnos de que todo eso son bendiciones de Dios.

No debemos olvidar que nuestra vista tiene un alcance muy limitado, que Dios ve mucho más allá que nosotros y que si somos capaces de confiar en sus planes, de creer que hay cosas mejores, entonces, podremos vivir en paz y confiadamente.

“Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza”. Jeremías 29:11

Cuando estés frente a una ventana mira más allá del vidrio, haz memoria de todas las bendiciones pasadas y presentes, confía en que Dios tiene un plan especial para tu vida, que lo mejor aún no ha llegado y podrás contemplar el paisaje impresionante que te rodea.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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