Se cuenta del gran artista Doré que estando de viaje en el sur de Europa perdió su pasaporte. Cuando llegó a la frontera y el oficial le pidió su documento, el pintor respondió:

       – Lo he perdido, pero no importa, yo soy Doré, el artista, por favor permítame el paso.

      – ¡No! – dijo el oficial – Hay muchas personas pretendiendo ser este o aquel gran hombre. Y si les permitimos el paso nos exponemos a ser castigados. Deseo pruebas, aquí hay lápiz y papel, si usted es Gustavo Doré pinte aquí mismo un cuadro.

Doré tomó el lápiz y el papel y dando unos golpes maestros  dibujó algo del paisaje en derredor.

Entonces el oficial le dijo:

       – Estoy convencido, porque nadie pudiera haber hecho esto, sino Doré.

Lo mismo sucede en nuestras vidas, podemos gritar a los vientos que somos cristianos, publicar en nuestras redes sociales, usar adhesivos en los autos o poner letreros y cuadros en nuestras casas y negocios pero si la gente no ve en ti un ejemplo vivencial de lo que dices, no tiene sentido.

La gente quiere ver con ejemplos claros aquello que tú dices y predicas, quieren verlo en tu vida y eso se hace día a día.

Probablemente nunca lleguemos a saber cuánta gente nos está observando atentamente, verificando si es verdad aquello que predicamos.

“para que nadie pueda criticarlos. Lleven una vida limpia e inocente como corresponde a hijos de Dios y brillen como luces radiantes en un mundo lleno de gente perversa y corrupta”. Filipenses 2:15 (NTV)

¿Cómo es tu diario vivir? ¿Eres diferente a los demás o te comportas como todos? Cuando llegan los problemas, ¿Cómo reaccionas?, ¿Pones tu fe en acción? ¿Te quejas de todo? ¿Eres agradecido? ¿Honras a tus padres? ¿Amas a tu prójimo como a ti mismo? ¿Cuál es el testimonio que estás dando?

Pocas personas leen la Biblia y, lamentablemente,  aún menos son las que ponen en práctica las Sagradas Escrituras; sin embargo, nuestras vidas están al alcance de todos y pueden ser el único evangelio que la gente vea, por eso mismo es que debemos cuidar nuestro testimonio.

Recuerda que nuestras vidas son credenciales de presentación, nuestras acciones dicen quiénes somos realmente, por eso, probar que somos seguidores de Cristo no se reduce a saber versículos de memoria o en ir a la iglesia, sino que se trata de vivir como Él.

Busca cada día ser un poco mejor, que todos vean en ti algo diferente y anhelen tenerlo.

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario