La frase “los valientes no lloran” se ha hecho popular a lo largo de los años en muchos países y culturas. Sin embargo, existe un peligro en este dicho, pues ha convertido al llanto en algo malo, e incluso despreciable. Eclesiastés 3:4 dice que hay: “un tiempo para llorar, y un tiempo para reír; un tiempo para estar de luto, y un tiempo para saltar de gusto” (NVI). Por lo tanto, no debemos ver a las lágrimas como símbolo de debilidad, sino más bien de expresión, fuerza y buena salud.
¿Por qué llorar es bueno?
1. Te ayuda a ver mejor: Las lágrimas lubrican los ojos y esto hace que los globos oculares se muevan con mayor facilidad.
2. Atenúa el nivel de estrés: Después de llorar, el cuerpo se relaja y te hace sentir mejor. Esto hace que el estrés reduzca considerablemente.
3. Remueven toxinas: Liberan al cuerpo de toxinas, además de contener lisozima, un fluido que mata del 90-95% de las bacterias en un período de entre 5 a 10 minutos.
4. Disminuye la presión sanguínea: Cuando uno termina de llorar, se puede experimentar paz y tranquilidad; esto se debe a que la presión sanguínea disminuye.
5. Reduce el manganeso: El manganeso es un mineral que afecta nuestro estado de ánimo, el cual es liberado cuando uno llora.
6. Demuestra que eres humano: De todos los seres vivos, los seres humanos son los únicos que pueden llorar para demostrar sus sentimientos. Además, las personas que no tienen miedo a llorar ante otras, demuestran que son mentalmente fuertes y que no tienen miedo a mostrarse como son.
7. Recibes consuelo de Dios: Llorar tiene beneficios, y el mejor de ellos, es que cuando uno lo hace delante de Dios, puede recibir el consuelo y la esperanza que se necesita. Esto se encuentra en Apocalipsis 21:4, donde dice: “Él les secará toda lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor. Todas esas cosas ya no existirán más” (NTV).
Este artículo fue producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.