â Yo (Dios), yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mĂ mismo, y no me acordarĂ© de tus pecados.â IsaĂas 43:25 Reina-Valera 1960 (RVR1960).
Una de las armas mĂĄs poderosas del enemigo es la acusaciĂłn, usando nuestro pecado como un arma para separarnos de Dios. Si bien muchos caen en esta trampa, la verdad es que a Dios no le importa tu pasado. Cuando ya te has arrepentido delante de Ăl, y le has pedido perdĂłn, Dios se olvida de tu pecado. No vivas esclavizado por el pasado, por el contrario, agrada a Dios en tu diario caminar para vivir un presente lleno de plenitud y gozo. Por Miguel Ăngel Veizaga
El siguiente crĂ©dito, por obligaciĂłn, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artĂculo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.