âEspero en silencio delante de Dios, porque de Ă©l proviene mi victoriaâ Salmos 62:1 (NTV)
Hay Ă©pocas de nuestra vida en que nos sentimos derrotados, como si hubiĂ©ramos caĂdo en un oscuro pozo del cual no podemos salir. En nuestra desesperaciĂłn clamamos pidiendo auxilio con la esperanza de que alguien nos oiga y ayude. Pero sabemos que a pesar de nuestros gritos desesperados, no siempre encontraremos personas dispuestas a ayudarnos. Algo muy distinto pasa con nuestro Dios, El siempre escucha nuestro clamor y siempre nos extiende su mano para brindarnos su favor. Si hoy te encuentras en un pozo de desesperaciĂłn, clama a Dios y Ăl te ayudarĂĄ.
Por Judith Quisbert
Â
El siguiente crĂ©dito, por obligaciĂłn, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artĂculo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.