âEl amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoĂsta, no se enoja fĂĄcilmente, no guarda rencor.  El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad.â 1 Corintios 13:4-6 (NVI)
A menudo sucede que cuando advertimos a otra persona de su error, no nos hace caso o vemos que no hace nada por cambiar. Esta actitud puede traernos enojo y solemos encapricharnos en querer cambiar al otro por la fuerza. Si bien esto aplica a cualquier relaciĂłn, tiene especial importancia en el matrimonio, en cuanto al hecho de reconocer que no podemos cambiar a nuestro cĂłnyuge a nuestro antojo. Es importante que en un matrimonio haya buena comunicaciĂłn, caracterizada por el amor y la comprensiĂłn, dejando de lado todo disgusto. Nuestra responsabilidad como esposos es dar amor, perdonar, estar agradecidos con Dios y rendidos a Ăl. Esto harĂĄ que nuestro enojo se vaya desvaneciendo y nuestra vida espiritual crezca. Es Dios quien realmente cambia las vidas, no nosotros, por lo tanto no luches en cambiar a tu pareja, sino busca desarrollar tu relaciĂłn con tu Padre que es Todopoderoso y Ăl se encargarĂĄ del resto.
Por Danitza Luna
Â
El siguiente crĂ©dito, por obligaciĂłn, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artĂculo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.