Palabra irritada e irritable, frases en borrador, ideas hipertensas, pensamientos sin editar. Algunas broncas acumuladas, varias impertinencias intencionadas, instalaciones subrepticias en los agujeros del sistema. Temblores involuntarios del alma, cavilaciones de la mente trasnochada, constataciones diversas, residuos reciclados. Palabras cruzadas con asuntos internos, locuras en clave, enigmas indesarmables, encriptaciones de la rabia y artilugios enmascarados.
El afán por la palabra perdida se explica en la ventanilla de cobro: Sísifo con facturas por pagar. Tantas veces va mi cántaro al agua que a veces alguien lo bebe. No para de llover y el agua… ¿qué pasó con el agua? La parte de mí que te extrañaba salió a buscarte pero no te encontró, así que esa parte de mí se acogió a retiro voluntario y definitivo. Por lo mismo, mis sueños se han tornado bastante secos – sin dejar de ser dramáticos las más de las veces. Recordé que había olvidado que el tiempo vuela, pero mi cuerpo tiene una memoria espectacular.
Alguien dijo que el infierno son los otros; algunos nos esmeramos en ser los otros. Ya nadie espera a Godot: el tiempo es un lujo del que ni los vagabundos pueden disfrutar. A veces, renunciar es la forma más valiente de combatir; otras, es un miserable desperdicio. Lo mismo sucede con el silencio. No somos hijos del rigor: somos tataranietos. La soledad es la eminencia gris del poeta (no tiene mucho que ver pero suena bien).
La propaganda del miedo provee mano de obra incondicional. ¿Por qué los que sirven a la gente necesitan fueros, declaraciones patrimoniales y dispositivos de seguridad? Los indignados que no pueden salir a la calle no aparecen en las noticias pero igual están hartos. La verdad sufre violencia y los ciudadanos se hacen los lesos: que se encarguen las “fuerzas del orden”. Si uno lo mira bien, eso de los walking dead no es tan ficticio. Los gritos del silencio se camuflan en la chimuchina de las plataformas. El discurso y el sermón continúan sin parar mientes en el tedio.
Las cosas ya no son lo que son sino lo que parecen en las pantallas de los celulares. Alimentos light, Cultura chatarra. El tedioso concierto de las noticias iguales en todos los canales. Tal vez habría que considerar que no siempre el silencio otorga; a veces no es más que cansancio.