Mi esposo y yo fuimos a una cena de trabajo. Conocimos muchas personas y disfrutamos de la celebración. Justo cuando creía que todo iba bien, alguien me hizo la pregunta que había temido durante toda la noche.
–¿Tienen hijos?
Un nudo se formó en mi garganta y por un momento quise salir corriendo de allí.
–No –respondió mi esposo a mi cuenta.
–Deberían apurarse y aprovechar que son jóvenes. Cuando pase el tiempo ya no tendrán las fuerzas para criar niños.
Sonreí lo mejor que pude y mi esposo cambió de tema. Cuando la fiesta terminó y llegamos a casa, me refugié en los brazos de mi esposo y ambos lloramos en silencio.
Según las estadísticas, en todo el mundo hay por lo menos 50 millones de parejas que no pueden tener hijos1. Miles recurren a procedimientos médicos que los ayudan a concebir, pero dichos tratamientos no son una garantía y por lo tanto, no funcionan en todos los casos. Otros logran concebir, sin embargo, pierden a su bebé antes de que éste nazca. Estas complicaciones tiene un gran impacto psicológico e incluso financiero en sus relaciones2. Además, estas parejas enfrentan la presión por la falta de hijos, la cual se agrava cuando las personas constantemente les preguntan sobre ese tema.
Puede parecer inocente, pero en realidad, preguntar por si una pareja tiene hijos o no, y hacer comentarios o sugerencias al respecto es una acción que hiere mucho. En vez de parecer comprensivas y amables, las personas que hacen esto sólo «añaden sal» a una llaga dolorosa.
Algunas de las frases más comunes que se escuchan al respecto, son:
Escuchar repetidas veces frases como las mencionadas anteriormente, o comentarios parecidos, es algo a lo que las parejas sin hijos tienen que enfrentarse todos los días. Esos desgarradores recordatorios de su situación no los anima, no los consuela y definitivamente no los ayuda.
Puede que las intenciones de las personas sean las mejores, pero en estos casos es mejor abstenerse de decir cosas que puedan lastimar a las parejas en esta situación. Nuestras palabras tienen mucho poder de hacer el bien, pero también de hacer el mal. Y por tal motivo, debemos ser especialmente cuidadosos cuando hacemos preguntas personales o sobre asuntos que no nos competen. Es mejor demostrar interés genuino por medio de hechos que les demuestren a las personas que ellos importan como individuos y que su identidad no está basada en si tienen hijos o no. Después de todo, Dios nos amó independientemente y por lo tanto, deberíamos hacer lo mismo.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
1Hodin, S. (2017). The Burden of Infertility: Global Prevalence and Women’s Voices from Around the World. Recuperado el 30 de noviembre de 2018, de https://www.mhtf.org/2017/01/18/the-burden-of-infertility-global-prevalence-and-womens-voices-from-around-the-world/ 2Harvard Mental Health Letter. (2009). The psychological impact of infertility and its treatment. Recuperado el 30 de noviembre de 2018, de https://www.health.harvard.edu/newsletter_article/The-psychological-impact-of-infertility-and-its-treatment
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