Lamentablemente suele suceder que cuando se trata de superar la muerte de un ser querido, el entorno cristiano no siempre ofrece consuelo y esperanza. Es necesario ser conscientes de que es sumamente desafiante poder tener herramientas sin subestimarnos o subestimar a las personas con frases como: «Todo tiene un propósito» o «Tenemos a Dios, ya vamos a estar mejor».
A continuación, quiero presentarte algunas de estas acciones que se deben evitar como cristianos para poder superar la muerte de un ser querido:
Dios no causa la muerte de nadie. Al contrario, Dios es vida, refugio y consuelo en medio del sufrimiento que estamos pasando. En el mundo tendremos aflicción, pero no hay que temer porque Él venció.
No existe un «tiempo determinado» para superar el duelo. Cada proceso de duelo es único y personal. Compararse con otros puede ser perjudicial.
En lugar de aceptar el dolor, algunas personas pueden tratar de reprimirlo. Esto no es saludable ni bíblico. Jesús mismo lloró la muerte de su amigo Lázaro, mostrando que está bien expresar el dolor.
Superar la muerte de un ser querido es un proceso que lleva tiempo. No te apresures ni quieras evitar las emociones que estás viviendo, incluyendo la tristeza, la ira y la confusión.
Solemos escondernos en momentos que no tienen explicación. El aislamiento puede ser tentador cuando estamos de duelo, pero no es recomendable. Aprovecha la comunidad que te rodee para recibir la contención que necesitas. Y si no tienes una comunidad, plantéatelo. Fuimos creados para vivir en comunidad.
Están los famosos culpógenos que se adjudican toda la culpa por la muerte de un ser querido incluso si poco tienen que ver. La autoacusación es destructiva y debe evitarse.
Es normal que el dolor disminuya pero no significa que se deba olvidar a tu ser querido. Muchos te dirán frases como: «Dios llenará ese espacio», «No vivas del pasado», y frases de ese estilo; pero no hay nada más lindo que poder honrar la memoria de quien fue importante para vos. Siempre de forma equilibrada, encuentra la manera de recordar el legado que tu ser querido depositó en tu vida y la de los demás.
Todos tenemos un depósito de fe. Y justamente, así como cuando uno tiene dinero en el banco que saca cuando lo necesita, la fe, en nuestro peor momento de duelo, es fundamental. Busca apoyo espiritual, fortaleza y consuelo. Sería una pena que cuando más necesitas la fe, no la utilices y al contrario, te alejes.
A veces, el duelo puede ser abrumador y por eso requieres ayuda profesional. No buscar la ayuda de un terapeuta o consejero cuando es necesario puede ser perjudicial para la salud mental y espiritual.
En definitiva, te invito a que abraces la fe y tu comunidad. Siempre que trates de evitar todas las acciones anteriormente mencionadas es más probable que encuentres paz superando la muerte de un ser querido en un tiempo considerado.
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