≪Siento que Dios no me oye. Yo oro, pero no siento que me escucha.≫
No eres la primera persona ni la última en sentirse así. De hecho, muchos de nosotros hemos pasado por momentos en donde creemos que Dios simplemente no nos escucha. Algunas veces, la oración parece más una conversación con nosotros mismos que con el Señor; incluso el rey David sintió que Dios estaba lejos de él. En Salmos 22:1-2 (NTV), David dice:
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué estás tan lejos cuando gimo por ayuda? Cada día clamo a ti, mi Dios, pero no respondes; cada noche levanto mi voz, pero no encuentro alivio.
A partir de los dos primeros versículos, David expone su dolor y también alaba a Dios. Puede parecer una extraña combinación, pero en realidad eso demuestra una de las claves de la oración: la fe. David nunca esconde ni menosprecia su dolor, pero en medio de su aflicción continúa alabando a Dios y agradeciéndole por las cosas que ha hecho en su vida.
El teólogo y pastor Timothy Keller afirma que ≪cualquier persona con fe real deseará orar porque, por medio del Espíritu, la oración es la fe que se convierte en algo audible≫ y también que ≪el Espíritu nos permite desear la gloria futura de Dios y Su voluntad, aunque no conozcamos la cosa específica por la que deberíamos orar aquí y ahora≫.
Esto quiere decir que necesitamos de la fe para poder orar y tener la certeza que Dios nos escucha. Pero también necesitamos orar para tener fe. Esto no es tan complicado como parece. Lo único que debemos hacer es acompañar la lectura de la Palabra de Dios con la oración. A través de la Biblia podemos conocer al Dios a quien le estamos orando, y eso es vital para nuestra oración.
Uno de los errores más comunes de las personas es orar sin saber a quién le oran (para mayor información, leer 10 errores que cometemos al orar). Cuando entendemos a qué clase de Dios le estamos orando y comprendemos su poder, entonces podemos estar seguros que, sin importar las circunstancias, él nos presta atención.
Asimismo, leer la Biblia nos ayuda a tener un concepto correcto de lo que es la oración y la forma en que Dios trabaja y responde. Nuestra percepción o idea con respecto a la oración puede influir en nuestros sentimientos. Esto significa que si tenemos un concepto erróneo de lo que es la oración y de cómo funciona, también tendremos expectativas irreales con respecto a las formas en que Dios responderá. En cambio, si estudiamos la Biblia y conocemos a Dios por medio de ella, sabremos con certeza cómo debemos orar, qué debemos pedir, y cómo Dios actúa.
Por otra parte, puede que Dios esté en silencio porque aún no es el tiempo de concederte tu petición, o quizá porque la respuesta es ≪no≫, o tal vez porque has pedido mal (para mayor información, leer 4 razones por las cuales Dios no responde tu oración). Sin embargo, el silencio de Dios no significa que no te escuche. Él es el único que conoce tu corazón y sabe que sientes que no te escucha. Es por esa razón que puedes acudir a él con confianza y saber que te entenderá. La oración puede no siempre ser fácil, pero siempre es la mejor decisión. No te rindas.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
–Keller, T. (2017). La Oración (pp. 79-81). Nashville, TN: B&H Español.
¿Cómo evangelizar a alguien de tu familia? ¿Es un desafío o es más fácil de…
Si quieres que tu iglesia abrace el evangelismo, primero debes vivirlo personalmente. Conoce 5 ideas…
Leer la Biblia nos ayuda a fortalecer nuestra fe, a conocer a Dios y encontrar…
El evangelismo es una parte clave de la vida cristiana; pero a menudo se malinterpreta,…
La Biblia nos describe muchas maneras de evangelizar y las razones por las cuales debe…
El evangelismo es una de las misiones más fundamentales de la iglesia cristiana y de…