… [E]n un poema o en una novela lo que uno pretende es representar la vida con todas sus contradicciones. Poner en escena una serie de contradicciones, haciéndolas evidentes y conmovedoras. Los escritores creativos piden a sus lectores que traten de encontrar una solución; no ofrecen una fórmula precisa (excepto en el caso de los escritores cursis y sentimentales, que lo que pretenden ofrecer son consuelos vulgares).” Así ilustra Umberto Eco – en Confesiones de un joven novelista – la tarea de los escritores creativos, que contrasta con aquella en que se pretende demostrar una tesis determinada o dar respuesta a un problema.
Esta cita arroja una esclarecedora luz sobre el sentido de este espacio. Ha sido muy raro que la audiencia encuentre aquí datos para una respuesta o el bosquejo de una teoría, y si excepcionalmente se han vislumbrado, siempre estuvieron revestidas de misterio o de alguna desazón existencial.
Me sucede cada cierto tiempo que al considerar el contexto en que aparece este blog me agobia la cuestión: “Y yo, ¿qué hago aquí?” La gente se aproxima a estos medios en abrumadora mayoría a buscar respuestas comprensibles, fórmulas relativamente simples que les alivianen el peso de la vida, ensayos sobre tópicos recurrentes. Aquí, tres o cuatro veces por semana, tropiezan con una prosa hermética, una mirada sombría, un asunto doloroso, una pregunta imposible. Nostalgias, memorias remotas, notas al margen, anotaciones antiguas y frustraciones son habituales en esta columna.
Una vez anotó aquí un impaciente visitante: “No encontré nada edificante en este artículo de Benja (sic) Parra”. Pasada por alto la descortesía de escribir así el nombre del autor en un espacio público había que considerar la cuestión planteada. Primero, varias planas serían necesarias para desentrañar la monumental ambigüedad del término edificante. Luego está el tema de la abundancia de material pedagógico que hay a un clic de distancia de aquí. No hay necesidad de molestarse en leer esta columna.
Pero la cuestión central, esbozada al principio, es ésta: aquí no se trata de ensayos didácticos o tesis doctrinales. Es escritura creativa que se ocupa fundamentalmente de la vida con todas sus contradicciones. Las otras cuestiones búsquense en seminarios, textos de autoayuda y discursos inspirados.
Sigo sostenido en la feble esperanza de una pequeña audiencia para continuar con este cometido…

(Este artículo ha sido escrito para la radio cristiana CVCLAVOZ)

Deja un comentario