“Profeso a Jesús como Redentor en todos los órdenes de la vida y no sólo en el limitado orden de la salvación personal”

Hay frases que resumen visión y misión en la vida de una persona. La que les presento aquí  es la mía y yo la escribí.

Mencioné esta idea esta mañana a Angel Galeano en su programa Uno Nunca Sabe, una vez más con la intención de persuadir a los creyentes evangélicos que la vida es más que la salvación del alma.

Sostener que nada tiene significado hasta que en otro lugar comience la verdadera vida es reducir, minimizar la obra redentora de Jesús y limitarla a una cuestión personal y, si uno lo mira bien, bastante egoísta.

Porque Dios no amó solamente a los salvos. Amó al mundo y ése es el modelo que Jesús nos deja con su vida y con su opción fundamental de vida.

Toda esta reflexión ha surgido por esta evidencia: los cristianos parecen pensar que la única cosa importante en la vida es evangelizar, como he afirmado en un artículo anterior.

Para evitar interpretaciones mañosas a estas palabras, aclaro que está bien evangelizar. Lo que insisto en decir es que no es la única cosa por la cual debemos estar en el mundo.

Porque la redención tienen que ver con todas las cosas que están en el cielo y todas las que están en la tierra:

por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. (Colosenses 1:19-20)

Por favor pongan atención lo que he subrayado en negrita: todas las cosas, dice. Todas, no solamente las almas de los prospectos para salvación.

Uso la expresión de mi amigo Jeffrey de León: “¿Me estoy explicando o no me estoy explicando?”

Entonces, Jesús es el redentor no sólo de las almas sino de todo el orden creado. Es en esos espacios no personales donde nosotros deberíamos trabajar, aportar e influir con la misma intensidad que hay para la evangelización y las misiones.

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