Los sueños que no se harán realidad. Los nombres que olvidé. Los rostros que recuerdo. Los perfumes que evoco. Las ilusiones de los dieciséis años. Los secretos bien guardados. Las miradas inteligentes sin palabras. Los apetitos nunca satisfechos. Los lugares que recuerdo. Los sitios a los que nunca volveré. Las esperanzas rotas. Las risas contenidas. Los países que quiero conocer. Las palabras que no debí haber dicho. Las palabras que debí decir.
Las confesiones pendientes. Los caminos sin destino. Las luces que se apagan. Las puertas que quiero abrir. La casita minúscula que me espera. El lado vacío de la cama. Las cortinas que no quiero abrir. La llamada que no hago. Los mensajes que no respondo. La cita a la que no acudí. El vaso con dos cubos de hielo deshechos. El brindis que no hice. La cena que se enfrió. La pregunta que quedó en el aire.
El viaje que haré. El proyecto pendiente. Las manos nerviosas. La mirada cansada. Las canas que florecen. El libro a medio leer. La cama deshecha. El polvo en el librero. La ropa sin planchar. Las manchas en las remeras. La heladera vacía. La enésima mudanza. Las ganas de no tener más ganas. Los retazos de alegría. El cuento por escribir. Los jeans de Amento. El espejo que no miente. La carpeta del curso de Francés. La servilleta con un verso de Neruda. La lentitud de los días. La rapidez de los años. Las arrugas inevitables. El surco profundo de la frente.
Los papeles que todavía guardo. Las fotos que ya no quiero mirar. Las gotas para los oídos. La crema para la cara. Las caries del teclado en la computadora. El celular apagado. El fresco de la tarde. Los besos perdidos. La cuesta Barriga tarde en la noche. El pollo a la campesina que no preparé. Las lágrimas que lavan la cara sucia del olvido. Los días repetidos. Las noches blancas. Los libros de Amélie. La fatiga en las provincias de mi cuerpo. Las razones y los argumentos que ya no me interesan.
Mi verbo corsario que ataca las naves imperiales. La dicha que descalabra los huesos. Los respiros de la vida. La libertad sin apellidos. El grito de independencia. La canción alegre. La lluvia que refresca. Los atrevidos rayos del sol. Las buganvillas de la esperanza. La lavanda que perfuma la almohada.
Entre muchas otras cosas…

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