(Notas para un debate)

Una amiga me manda un pequeño video. Su perro dormita con la cabeza apoyada en el brazo del sofá; a veces abre un poco los ojos y la mira; esa mirada la derrite.

Después de más de un año de estar ausente llego a la casa de mis amigos y Oddie me reconoce. Salta enloquecido de alegría, corre de un lado a otro y me hace fiestas. No puedo creer que me recuerde todavía.

Liliana recogió a Cacho en la calle hace muchos años. Durante los días más difíciles de su vida, Cacho fue un compañero silencioso, un amigo, un ser querido todas las horas hasta que no pudo más y se fue al cielo de los perros.

Mención especial para Rocko, compañero hermoso y fiel de María Isabel, amigo de horas tristes y felices de la vida que toca vivir y que ahora juega allá con Cacho, con el Colo, el Toqui, Torito y tantos otros perros que han sido parte de nuestras vidas.

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Anoche los perros de los vecinos ladraron varias veces por largo rato. Solidariamente, cuando uno de ellos comienza a ladrar, todos se le unen en un concierto enervante.

Eso me hace acordar del perro de una vecina que cada tanto, a diversas horas de la noche, inicia su discurso perruno y no hay manera de hacerlo callar.

Mi amiga sale a la calle con Oddie y de pronto, sin aviso alguno, un perro negro, de patas cortas y hocico largo se abalanza sobre él y le clava los dientes en el cuello. A duras penas logra zafarlo y lo lleva sangrando al veterinario. Afortunadamente no ha sido grave y se recupera.

Media docena de perros ladra en las esquinas a los autos que pasan, dejan sus infaltables mojones en veredas y canteros, hurgan en las bolsas de basura desparramando todo y marcan territorios con sus líquidas señales amarillas.

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Es inevitable que cada cosa tenga su lado B – si me permiten la expresión. Lo mismo que nos alegra y nos acompaña puede martirizarnos la vida a las tres de la madrugada.

Escucho que se habla de una Ley de Tenencia Responsable. Las personas deberían cuidar sus animales, limpiar sus heces cuando los sacan a pasear a la calle, ver que no interfieran en la vida de los vecinos.

Deberíamos pensar en un contrato social con esto de los animales con dueño o sin dueño. Ofrezco la palabra..

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