“La esperanza no avergüenza”, dice San Pablo. Lo que no advierte la lectura superficial es que es la prueba la que produce esperanza. Un poco antes, y en el mismo contexto, incluye en el proceso a la tribulación.

En la mentalidad moderna lo más probable es que tribulación y prueba produzcan desesperanza. San Pablo está hablando a otra época; una época en que al sufrimiento se le entendía un sentido y por eso la esperanza no causaba vergüenza.

En la mentalidad de hoy el sufrimiento se considera algo intolerable en cualquier forma. La capacidad de resistir la adversidad se ha reducido casi a cero.

La satisfacción completa e inmediata de cualquier necesidad ha creado una mentalidad blanda, incapaz de soportar penalidades. La esperanza en estas condiciones es una vergüenza completa.

Pero lo es en otro sentido también: esperar algo que nunca va a ocurrir. Alentar esperanzas cuando hay pobreza, hambre, enfermedad, opresión, y que por ninguna parte se vea un alivio cercano o lejano es también una completa vergüenza.

En este sentido, y parafraseando unas líneas bastante conocidas de Joaquín Sabina, diríamos que no hay esperanza peor que añorar lo que nunca jamás sucederá.

Esta divagación, con todo lo “vaga” que es, busca afirmar algo que me parece absolutamente necesario en los tiempos que corren: hay que trabajar, luchar y moverse por las cosas que se desean. Esperar sentados no parece una buena idea.

Había alguna gente en la iglesia donde me crié que solía decir “Al que Dios le quiere dar, a la casa le viene a dejar”. Creo que son pocas – muy pocas – las veces en las que Dios actuaría de esa manera.

¿Cuál sería entonces el lugar de la esperanza?

Me parece que es creer que vamos a lograr algo mientras trabajamos y luchamos por ello, aún en tiempos de prueba y tribulación. Así, la esperanza sería “la mirada puesta en el objetivo propuesto mientras se lucha por él”.

Nadie lo ha puesto mejor que el profeta Isaías cuando describe los sufrimientos del Siervo de Jehová:

“Verá el fruto de la aflicción de su alma y quedará satisfecho”

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