Las multitudes, la congestión de tránsito, la gente hablando casi a gritos por sus celulares en el metro o el ómnibus interprovincial, los discursos, el mondongo o guatitas, la sopa tibia, los libros de autoayuda, los centros comerciales en los días de fiesta, los días de fiesta, ir al centro en auto, el pasajero desconocido sentado a tu lado o el taxista que te quieren conversar, que me atiendan de mala gana en los negocios o el restaurant, los feriados sándwich o puente, las predicaciones, que te pregunten cómo estás cuando en realidad no tienen ganas de que les digas realmente cómo estás, el ruido de las máquinas, estar a la mesa con personas que no paran de enviar y recibir mensajes en sus teléfonos inteligentes, los teléfonos inteligentes, las películas de policías, de médicos y las que transcurren en la nieve, la sacarina, los manteles y las flores de plástico (especialmente las flores de plástico), las personas que dicen “al pan, pan y al vino, vino” y las que proclaman que dicen las cosas de frente porque es mentira, los programas en vivo de la televisión, los noticieros, las series de televisión (con algunas rarísimas excepciones), los reality shows (siempre y en todas sus formas), los chinchulines o chunchules, que los perros me laman las manos, las camperas acolchadas o parkas, particularmente las que no tienen mangas y específicamente las de color bordeaux o concho de vino, las corbatas, los relojes de pulsera, los pañuelos de bolsillo, que me digan “hermanito”, posar para las fotos, las personas que no responden a los niños cuando les hablan, que el encargado no pare a la persona que está dando una lata cuando le pidieron que hablara tres minutos, que todavía se obligue a usar eufemismos para ciertas palabras y hechos de la vida o que directamente haya palabras prohibidas, las películas en otros idiomas dobladas al español, la publicidad en medio de las películas en televisión, los comerciales a todo grito y hablados a toda carrera, la hora de levantarse, en especial el día lunes, ir al psicólogo, el primero de enero, los libros escatológicos y las teorías de la conspiración, los relatos de actividades paranormales.

Entre muchas otras cosas, no por favor…

Por supuesto, ésta es una nota absolutamente personal y como divertimento de entresemana…

(Publicado en enero de 2013)

Deja un comentario