“Una sociedad funciona si tiene un sólido fundamento de valores, y esos valores son normalmente de carácter religioso. Si esos valores se van debilitando, los seres humanos pierden sus raíces espirituales. El islam está en auge porque desde el punto de vista espiritual tiene un fundamento muy fuerte. En Europa en cambio el cristianismo está en retroceso.”

Lo leí en un periódico y recorté el fragmento. Olvidé anotar el nombre del entrevistado; tal vez era un escritor o pensador francés. Fue magnánimo al mencionar el retroceso del cristianismo en Europa. Es políticamente incorrecto decir esto pero hay que hacerlo de tanto en tanto: El cristianismo en realidad está en retroceso en todo el mundo. No la religiosidad cristiana o algunos aspectos culturales de su presencia. Lo que está diluyéndose es el cristianismo que revolucionó a Jerusalén en el año primero, que dio forma al mundo occidental durante casi mil años y que inspiró la Reforma del siglo 16. Ese cristianismo experimenta su mayor debilidad histórica.
El debilitamiento se refiere a la progresiva licuefacción del compromiso radical que los cristianos tenían para confrontar la cultura y penetrar el tejido social y el ámbito público. Los modos y costumbres de la postmodernidad han entrado profundamente en la mentalidad y en la vida de los creyentes.
Se expresa asimismo en la decadencia de contenido tanto en el mensaje como en la música de los cristianos. Hay una apelación cada vez mayor a las únicas preferencias que dominan a la gente de hoy: prosperidad y paz personal. En sus mensajes y producciones artísticas hay una constante referencia al bienestar psicológico y emocional. Por otro lado se nota más que nunca la ausencia de participación pública.
Los valores – verdades, deberíamos decir – a que alude el autor del fragmento que encabeza estas líneas van siendo más y más discurso, menos y menos acciones. Hay sociedades y comunidades que se llaman a sí mismas cristianas pero de eso no queda mucho más que un residuo al que la Biblia llama el remanente.
Seguramente cause escozor la referencia al auge del islam, más que nada porque se asocia con el terrorismo. Pero no es inexacta la observación: el islam tiene una cosmovisión integral, es decir la fe abarca todos los aspectos de la vida pública y privada.
Retornar a una visión más amplia de la gente y del mundo permitiría a los cristianos aportar los conceptos que faltan a la sociedad en que vivimos.
(Este artículo ha sido escrito especialmente para la radio cristiana CVCLAVOZ)

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