Que nos ampare e ilumine tu discurso ilustrado. Construye a nuestro alrededor muros protectores. Garantízanos cosas. Asegúranos que las fórmulas que hemos aprendido nos seguirán haciendo bien. Aléjanos con tus advertencias de posibles errores. No queremos perder nada. Queremos tener todo. Aporta seguridad. Diseña futuros promisorios. Combina certezas para nosotros y para nuestra gente. Construye moradas placenteras. Enséñanos un lenguaje de uso exclusivo porque queremos proteger nuestras valiosas y supremas ideas.
Convócanos a solemnes asambleas que den cuenta de nuestras enormes conquistas. Confírmanos la gloria del destino manifiesto que nos señala. Escribe de nuestras hazañas y redacta las crónicas de nuestros héroes. Enséñanos cómo continuar esta saga victoriosa y singular. Abre el libro de memorias para celebrar el pasado ejemplar y soñar un futuro transparente a la luz de los hechos portentosos de nuestros dirigentes.
Aleja de nosotros los ruidos molestos y los idiomas de los otros porque no queremos saber de sus insignificantes asuntos ni oír sus discursos inquietantes. Queremos marcar las diferencias. Somos la luz de este tiempo y no queremos tener nada que ver con sus alborotos y penumbras. Que quede claro dónde somos nosotros y dónde son ellos. Instrúyenos en nuestras defensas. Entrena a nuestra mejor gente para que nos represente en la lucha contra aquellas seducciones inquietantes.
Recuérdanos constantemente el galardón de nuestra conducta superior. Somos diferentes. Estamos limpitos. Sabemos lo necesario. No necesitamos nada que no sea nuestro. Todo está claro. Perfectamente definido. Todo está escrito. Somos ganadores.
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Por acá abajo, sin embargo, señoras y señores, todo es estupor y temblores. Hay frío y violencia. Las palancas del poder movilizan la maquinaria del terror. Tenemos preguntas terribles. Certezas derrumbadas. Hay sangre, mucha sangre. Ausencias imperdonables. Abusos institucionales. Rapiña industrializada. El peso de las cosas nos abruma. Fracasamos tantas veces. Tantas veces somos perdedores. Amamos y dejamos de amar. Nos amaron y después nos descartaron. Somos asesinados con quirúrgica precisión. No calificamos para nada. Somos el lado oscuro de la vida. El olor de la muerte corrompe la esperanza. La noche no termina jamás. Estamos embriagados de tristeza. Nada sabemos de mañana. Olvidamos el pasado o no valía la pena recordarlo. Muy seco todo. Estamos acá. Nada está escrito para nosotros. No somos ganadores. Tenemos mucho que decir pero no nos dejan o ya no tenemos más ganas.

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