Poder ver más allá de lo obvio. No conformarse con el actual estado de cosas. Romper la cadena de la rutina. Vivir en peligro. Tomar riesgos. Hacer preguntas. Penetrar en las cosas con un candor de niños al mismo tiempo que con profunda intención. Ver qué hay más allá del horizonte. Buscar la otra manera de ver las cosas. Ser libre en el país de los presos.
Combatir la opresión del sistema y cuestionar sus pretensiones conceptuales. Liberarse de las consignas totalitarias y rebelarse contra las imposiciones de los señores. Anhelar todas las mañanas la libertad y cada noche dormirse con la conciencia de haberla conquistado un poco más. Dominar el propio tiempo. No permitir que los demás te hagan presa de sus agendas y sus expectativas. Otorgarle, en cambio, el tiempo a las cosas que queremos e invertir la vida en lo que amamos.
Aprender que el miedo es cosa viva pero que debe combatirse con todas las fibras del ser. Entender que uno tropezará muchas veces y va a equivocarse cuando busca otros caminos y construye su propia cartografía. El fracaso no es una sentencia, más bien un acicate para volver a intentarlo.
Descubrir que la soledad es, la mayor parte del tiempo, el precio a pagar por no querer ser uno más en el engranaje; es, por así decirlo, la fea del baile, pero de tanto abrazarla uno descubre más pasión en ella que en la misma multitud y se termina agarrándole cariño.
Seguir buscando, continuar leyendo, preguntar siempre, permanecer en la vigilia del pensamiento, no acostumbrarse, confrontar los estereotipos, poner a prueba las propias convicciones, aprender nuevas cosas, no permitirse ser tonta o tonto grave.
Pero, ¿por qué rayos hacerse tanto problema? ¿Por qué no jugar simple y ganar no más? Porque las victorias de lo simple lo sumergen a uno más y más en el tibio país de la medianía, el tranquilo territorio de lo predecible. Lo común no es el resplandor o la oscuridad permanentes. Lo común es la enorme multitud que prospera, se acomoda y obtiene lo que desea en la suave penumbra del status quo, cambiando alguna cosita aquí y allá para que todo permanezca igual.
Una vez vi un documental sobre los buscadores de oro del Amazonas que remueven y deshacen en agua toneladas de tierra para encontrar unos poquitos gramos de oro. Se puede perder mucho viviendo complicadamente, pero se ganan pequeños tesoros que enriquecen la vida de muchos.

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