“Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más”. Juan 8:10- 11

Como personas en algún momento de nuestras vidas puede ser que nos hayamos equivocado fallándole a Dios, muchas veces hemos dejado que el diablo nos seduzca con su mercadería barata y así caímos en lo más bajo.  El enemigo te acusa y la gente te condena haciendo que te sientas la peor persona. Si todos se ponen en contra tuya y te señalan Jesús te dice: “Yo no te condeno”  Escribe estas palabras en la tabla de tu corazón y recuerda que Jesús te perdonó y no hay nadie que pueda condenarte. Por Miguel Á. Veizaga

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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